Navarro: un lugar ideal para una escapada de fin de semana

avarro es una ciudad turística ubicada a sólo 125 kilómetros de la Capital. Para conocer cada uno de sus rincones inigualables es necesario pernoctar al menos dos días.

Al hablar de Navarro, automáticamente se la relaciona con su laguna. Este gigantesco espejo natural ha sido parte de la historia del pueblo. En la actualidad, en sus orillas se encuentra el camping municipal que no es ni más ni menos que el corazón de Navarro.

La historia de este condado dejó huellas importantes en los libros del país. Tal es el caso del fusilamiento de Dorrego, gobernador de Buenos Aires, por orden del general Juan Lavalle. El pueblo aún lamenta el hecho y brinda homenaje a Dorrego con un parque y varias estatuas en plazas.

Además de historia, también se puede disfrutar de espectaculares espacios verdes que están bien cuidados y son ideales para contemplar el atardecer. Un buen ejemplo de ello es El Prado Español, que cuenta con juegos para niños y mesas bajo la sombra de los árboles en un ambiente cerrado que da una seguridad extra a los que quieran ir con chicos y relajarse. Lo mismo ocurre en La Plaza Dorrego, donde usualmente se pueden apreciar los ensayos de la banda del lugar.

Otro de los grandes atractivos de Navarro es la Iglesia San Lorenzo Mártir, inaugurada en 1870, que cuenta con un cristo en su interior de más de 400 años de antigüedad.

Por otra parte, Navarro tiene el privilegio de contar con dos estaciones de tren, aunque ninguna de ellas está en funcionamiento. La del Ferrocarril Belgrano estuvo en actividad hasta 1993. Allí funciona el Museo Ferroviario, una parada obligatoria para los amantes de los ferrocarriles.

Una buena excusa para visitar la ciudad son las fiestas populares gastronómicas, como la Fiesta del Buñuelo Navarrense, que se celebra en octubre, y la Fiesta del Asador Navarrense, que se realiza en noviembre.

A menos de dos horas en auto desde Capital, Navarro es una excelente opción para cambiar de paisaje y vivir un fin de semana diferente, divertido y agradable, donde además de empaparse de historia también se disfruta del aire libre.