Nuevas Crías, ñandú

Las aves corredoras habitan desde hace millones de años y su apariencia permanece inalterable desde entonces. Todos ellos con una misma característica: no vuelan

Nuevas Crías, ñandú
E

l ñandú común, una especie exclusiva de América del Sur, se extendía libremente en las grandes llanuras y en las regiones arbustivas del Brasil oriental y central, Paraguay, Uruguay y, principalmente, la Argentina; pero en la actualidad el área de distribución se ha visto reducida considerablemente.

Tiene una constitución similar a su pariente africano, el avestruz y, salvo en la época reproductiva, vive en grupos que no superan los 50 individuos (el promedio es de no más de 20). Recién cuando es adulto -a los 2 años de edad-, el macho denota mayor altura y robustez que la hembra y su base externa del cuello es casi negra, en tanto que la hembra es más grisácea. Es al llegar a la adultez cuando se encuentran aptos para la reproducción.

 

Mercado y comercialización

Las manufacturas a partir de la piel tienen un mercado de alto costo en países desarrollados. Sin embargo, los esfuerzos por colocar desde botas a carteras, que tienen por las características de la piel una demanda extraordinaria, se ven opacadas por las características del trabajo artesanal.

Si bien las pieles están consideradas de buen curtido, las terminaciones de varias de las manufacturas aún no alcanzan los máximos niveles exigidos por los centros más sofisticados de la moda.

También está en alza el mercado de las plumas, muy requeridas en Brasil por los conjuntos de carnaval. El kilo de plumas grandes se paga 70 dólares (por cada animal se logran entre 300 y 350 gramos por año); el kilo de plumas medianas 30 dólares y el kilo de plumas chicas 20 dólares.

El aceite de ñandú aún exige para su producción tener mayores volúmenes y así mantener una corriente comercial exportadora. Es muy requerido por la industria cosmética y farmacéutica debido a sus características de alta penetrabilidad, biodegradabilidad y como precursor de otros complejos. En Australia, por ejemplo, junto con el aloe, se utiliza como reconstituyente de la piel, con un precio al público de 14 dólares por mililitro.

También se comercializa el hígado (pesa unos 600 gramos) que se utiliza en el Uruguay para producir paté. Cuando sobran huevos, especialmente cuando se detecta que falló en su fertilidad, se venden como cáscara vacía para artesanías en el exterior entre 9 y 15 dólares. Las patas se exportan separadas y secas.

Uruguay es el mayor exportador sudamericano de ñandúes y también tiene el mayor número de animales en cautiverio.

 

Apareamiento

En la naturaleza cada macho se aparea con varias hembras (entre 3 y 5), así queda constituido el harén y esas hembras acompañan al macho que desde ese momento se encargará de armar el nido, la incubación y cría.

En cautiverio, el período de cortejo, apareamiento y postura no presentó diferencias estacionases significativas entre la Argentina y Uruguay, aunque sí con respecto al Brasil.

Veinticinco días después de la cópula comienza la postura en nidos comunitarios donde cada madre deposita entre 10 y 15 huevos, que el padre incubará durante un lapso no menor de 35 días ni mayor a 40.

La postura de cada huevo se realiza diariamente o cada día y medio, por ello no deberían hacer eclosión en forma conjunta; sin embargo, los nacimientos se producen simultáneamente.

El licenciado Alejandro Scataglini afirma al respecto que sería complejo explicar el porqué biológicamente, pero se puede decir que los primeros huevos bajan su metabolismo como si esperaran a los otros, por eso las posturas que van del día 5 al 15 aproximadamente, eclosionan al mismo tiempo. Los porcentajes de nacimientos varían de manera significativa si la incubación se realiza ya sea en forma natural o artificialmente.

En una incubadora se trata de reproducir las condiciones de la naturaleza y al tener mayor control sobre las variables que puedan malograr los huevos, los riesgos se minimizan.

La temperatura de incubación varía entre los 38 y 40 grados, mientras que la humedad relativa debe estar entre el 55 y el 60 por ciento.

Cuando se quiere hacer incubación artificial, hay que tener en cuenta una serie de requisitos previos, como la selección de la nidada, recolección de los huevos y la sala de incubación. En el primer caso, se identifican las hembras y el macho que intervendrán en

el apareamiento y se anota claramente la fecha de iniciación y finalización de la postura.

En cuanto a la recolección de los huevos, se extraen del nido una vez preparada la incubadora. Para ello se deberá esperar a que el macho -que es el encargado de incubar y también proteger los huevos- se ausente del nido para alimentarse.

Concurriendo al nido de noche y con la ayuda de una linterna, se pueden observar los huevos por transparencia, con el objeto de tener un mayor control sobre su viabilidad; los que se encuentran en la periferia de la nidada suelen ser infértiles. Una vez seleccionados, los huevos se trasladan a la sala de incubación evitando su enfriamiento o daño.

Antes de introducir cada huevo en la incubadora se lo mide, pesa y desinfecta; también se preparan planillas donde quedan registrados los cambios durante los 38-40 días de la operación (por ejemplo, la pérdida de peso) y a través de una ovoscopia se determina el estado de desarrollo del embrión.

Cada huevo se debe identificar con un número y la fecha de postura o recolección, y se coloca en posición semihorizontal, con el extremo más grande (donde se encuentra lo que se denomina "cámara de aire") hacia arriba. En el momento de la eclosión se trasladan a la "nacedora", situada dentro de la misma incubadora o en lugar separado, donde se los deja eclosionar naturalmente.

 

Nacimiento asistido

Sólo se los asiste cuando es necesario, es decir, cuando se advierte que el "charito" o charabón (denominación del pichón hasta que alcanza un año de edad aproximadamente) no puede romper la gruesa membrana que lo separa de la cámara de aire -a la que debe acceder lo antes posible-, o cuando no llega a perforar la resistente cáscara del huevo.

Se trata de animales fuertes y muy vitales, con sus propios y efectivos métodos -por ejemplo el "pataleo"- para "ver la luz" rápidamente, luego se los deja en una nacedora durante 24 horas (o hasta que estén secos).

Únicamente en el instante de la eclosión es posible emplear una "nursery", que ofrece mayor porcentaje de humedad y menor temperatura, aunque los charitos pueden nacer en la incubadora sin necesidad de aportar tanta tecnología.

La recría comienza cuando los animales llegán a los 6 meses (ó 15 kilos de peso) y se extiende hasta que cumplen 2 años

 

Supervivencia

Con este sistema se perdió una gran cantidad de animales. Las experiencias con cría artificial y controlada arrojan resultados más exitosos. Con respecto al tipo de habitáculo, no hay nada estandarizado -puede utilizarse un terrario techado y cerrado con alambre tejido de trama poligonal, que se cubre con nailon negro para que posibles depredadores no puedan ver los pichones. También se usa tierra con cobertura vegetal o arena, y en todos los casos es importante que haya buena ventilación.

En la primera etapa de vida no regulan la temperatura corporal y requieren de una fuente de calor, como puede ser la luz infrarrojo (la más usada) o estufas de gas o eléctricas. Durante los primeros cuatro días de vida reabsorben su saco vitelino a modo de reserva alimenticia, después ingieren algunos alimentos y a los siete días comen verazmente.

 

Alimentación

Su dieta incluye una mezcla de frutas (manzanas, bananas y otras de estación, verduras y hortalizas) en trozos pequeños, balanceado de bajo contenido proteico, suplemento mineral además de huevos y lombrices.

 

Recomendaciones Nutricionales Básicas

El consumo de alimento oscila alrededor de los 200 g por día a partir del séptimo día, luego se incrementa. Los charabones pesan 300-400 g en el momento de nacer, en los días siguientes la curva de peso sufre un descenso natural que luego asciende.

En la crianza artificial los pichones están solos y no tienen a quien imitar, por ello los asistentes debe enseñarles a comer, haciendo movimientos ascendentes y descendentes con la mano sobre la comida.

A medida que crecen disminuyen los cuidados y a los 60 días se los traslada a un recinto más grande y sin fuente de calor. El Registro Nacional de Aves Corredoras (Re.N.A.C.) en cautiverio aporta algunos datos interesantes como las consecuencias nefastas producidas por deficiencia en el manejo y la seguridad de los pichones, el uso de recintos inadecuados, fuentes de calor insuficientes o muertes por predación debido a la ineficacia de los cercados. También se detectaron torceduras de patas por la ingestión de raciones alimenticias inadecuadas.

 

Beneficios de realizar la actividad

¿cuál es la ventaja de criar ñandúes? Fundamentalmente la cantidad de productos que brinda: pluma, carne, aceite, cuero y huevos. Si la actividad se desarrolla será posible comercializar reproductores. Lo cierto es que en el país tanto la oferta como el mercado son aún minúsculos, la cría de ratites es ya un excelente negocio en otros países del mundo, lo que marco la expansión de la demanda de este tipo de aves. en Estados Unidos, por ejemplo se crían tres especies distintas: ostrich, emú y ñandú, y sus carnes se comercializan entre los 7 y los 10 dólares el kilo. Por su parte Australia (otra país que esta produciendo grandes volúmenes) presentó carne de emú envasada al vacío al precio de 30$ el kilogramo.

Pero la carne no es el único producto que se puede comercializar. el cuero es muy valorado por el raro diseño que le dan los folículos de las plumas, se vende en los estados Unidos a 30$ el pie cuadrado (un choique puede brindar hasta 3 pies cuadrados).

Las plumas en cambio, ya se están comercializando en la Argentina; se utilizan para la producción de plumeros. Por su parte el aceite se usa para la elaboración de lociones, productos de belleza, cremas faciales, corporales y shampoo. Además conocidas universidades norteamericanas están analizando la calidad y el rendimiento de este aceite para uso medicinal y producción de alimento para bebes.

Más allá de las posibilidades que ofrece la cría, los mercados en Argentina son minúsculos. Sin embargo los datos no son para desdeñar: entre 1976 y 1984 se exportaron desde la Argentina 204.332 cueros de ñandú y 7745 Kg de .plumas provenientes de la caza de las poblaciones silvestres. lo que da un índice anual de 22000 cueros y 850 kilos de plumas. La actividad tiene otra limitante: el ñandú, como especie silvestre, esta sometida a reglamentaciones nacionales e internacionales en pro de la flora y la fauna.

 

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