na genuina tabla de quesos debe estar compuesta por una variedad de productos y texturas. Por este motivo, al momento de idear su tabla, asegúrese de ofrecer algún queso semiduro o duro, como un gouda envejecido o un parmesano; uno tierno, como un Camembert; y un infaltable queso semiblando, como un Gruyere.
Una tabla completa cuenta con una selección de quesos elaborados con diferentes tipos de leche. Procure mezclar quesos fabricados con leche de vaca –por ejemplo, parmesano, ricota y brie– con quesos a base de leche de cabra y de oveja.
No olvide combinar los quesos suaves, como la mozzarella y el manchego, con variedades más picantes y saladas.
Coloque junto a la tabla galletitas sin condimentar, mermeladas de frutas, conservas, nueces, aceitunas, miel y mostaza, entre otras opciones, para acompañar los quesos.