l inicio de la cosecha visibilizó la falta de mano de obra, una problemática presente en todas las economías regionales del país. Formalidad, condiciones laborales dignas, mejores salarios y la permanencia de los programas sociales son algunos de los temas en discusión entre productores, gremialistas, trabajadores y el Gobierno.
Según Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las actividades estacionales anuales movilizan a más de 600.000 trabajadores “golondrinas” por todo el país. No obstante, el panorama por estos días es desolador, con productores desesperados por mano de obra.
En el sector yerbatero, el salario mínimo promedio para un trabajador golondrina es de solo $35 mil pesos. Se trata de uno de los salarios más bajos del país, sumado a que se pagan por jornada $1.300. En esta línea, los trabajadores ponen el acento en la necesidad de mejorar los ingresos y garantizar la asistencia que reciben de los programas sociales. En el mismo sentido, la CAME le solicita al Gobierno que evalúe la posibilidad de mantener la ayuda social a aquellos beneficiarios que son contratados como cosechadores.
En este contexto, los productores exigen una solución integral que involucre a los cuatro ministerios: Agricultura, Producción, Economía y Trabajo; caso contrario, el problema de la falta de mano de obra continuará en forma más aguda.