e debe contar con un suministro de agua constante y de calidad todo el año, por lo general de agua de río o de manantial.
Para la captación de agua de los cauces naturales se construyen presas, cuya altura y diseño determinan la cantidad de agua a derivar.
El agua discurre por un sistema de canales y estanques donde están confinados los peces, y finalmente, es devuelta al río en un punto de vertido.
Conviene que el terreno tenga el máximo desnivel posible, eso ayudará a llenar los tanques por gravedad y a oxigenar el agua por medio de saltos y desniveles.
Según las técnicas de cría convencionales se pueden criar una media de 3 a 5 kg/l/min.
El canal de entrada contará con rejillas que eviten la entrada de peces salvajes a la piscifactoría o escapes de los peces cultivados al río. Por otra parte, estas rejillas evitan la entrada en las instalaciones de troncos, hojas y otros objetos sólidos arrastrados por el río.
En ellas, además de la incubación de los huevos, se crían los alevines durante uno o varios meses. En su interior se colocan rejillas o bandejas de incubación: el agua circula de abajo a arriba. Cuando los huevos eclosionan los alevines se cuelan por los agujeros y caen al fondo.
Son bateas horizontales donde se disponen 4-8 bandejas en serie. El agua ingresa a presión desde la parte inferior y sale de la batea por la parte de atrás para pasar a la siguiente. Cada bandeja puede contener de uno a dos litros de huevas.
Una de las ventajas de este sistema es que una vez que eclosionan se gira la bandeja, el agua entra de arriba abajo, y se pueden alimentar los peces en su interior.
Es una variante de la incubación en batea en las que existen muchas rejillas, el agua cae de una rejilla a otra de arriba abajo. Permite cultivar muchos huevos por caudal de agua, por lo que cuando es necesario recircular para calentar o enfriar el agua es un buen sistema.
Son recipientes, por lo general construidos a partir de PVC, fibra de vidrio o materiales similares. El incubador recibe un flujo de agua muy bien oxigenado desde el fondo y el flujo normal de este forzará a los alevines con saco a subir a la sección de cultivo.
Las vasijas italianas permiten incubar grandes cantidades de huevos en poco espacio (hasta 400.000 en 70 l). El agua entra por el fondo, pasa por los huevos y sale hacia arriba.
Las cáscaras y huevas muertas flotan y se evacuan con el flujo de agua.
Los estanques para alevinaje pueden ser construidos de bloque, cemento o de tierra excavados en el suelo. Es recomendable que cuenten con alguna protección contra rayos solares, usando un techo de plástico o lámina de zinc.
La forma de estos estanques es variable, siendo el rectangular y el circular los diseños más usados.
El tamaño de los estanques dependerá de las necesidades del productor. Sin embargo, la altura del agua en cualquiera de ellos, debe estar entre 60 y 80 centímetros, teniendo en el fondo una pendiente de 2 a 3%.
En cuanto a las entradas y salidas del agua, se pueden usar los mismos sistemas que se usan para estanques de engorde.
Los estanques suelen ser rectangulares y de hormigón, excavados en el suelo. La longitud, ancho y profundidad dependerá del aprovechamiento del terreno, pero suele buscarse una profundidad de un metro aproximadamente para facilitar el manejo.
Se construyen uno a continuación de otro para mejor aprovechamiento del agua. Entre estanques se necesita un salto o algún método de reoxigenación del agua.
Se adosan unos a otros por los laterales. Son los que más frecuentemente se utilizan, ya que aprovechan muy bien el espacio.
Los «raceways» comenzaron a construirse en España en 1969. Son canales más largos (unos 100 m de longitud) divididos mediante rejas a intervalos regulares, donde la corriente de agua está uniformemente distribuida, y se facilitan algunas labores de manejo, como la administración del alimento y la limpieza de los estanques.
El costo de construcción es menor, pero no es posible realizar en ellos operaciones de limpieza, desinfección y secado salvo que se vacíe todo el canal.
Los «serpentines» permiten obtener mayor velocidad de agua que los estanques en paralelo, y son relativamente sencillos de construir a partir de estanques en paralelo convencionales.
El engorde de truchas puede realizarse en jaulas de 6 m por 6 m y 4-5 m de profundidad, donde se puede alcanzar altas tasas de siembra (30-40 kg/m²).
La cría en jaulas es técnicamente más sencilla y rentable que los sistemas en tierra dado que usa cuerpos de agua existentes a un costo de capital más bajo que aquellos.
Los peces transferidos a jaulas marinas tienen tasas de crecimiento más altas, alcanzando tamaños de mercado más grandes. Alevines de alrededor de 70 g de peso pueden alcanzar 3 kg en menos que 18 meses.
La desventaja que presenta este sistema es que los peces son vulnerables a problemas externos de calidad de agua y a depredadores (ratas y aves), además las tasas de crecimiento dependen de la temperatura ambiente.
Cada fase de la cría requiere condiciones ambientales y de manejo diferente, por lo que los productores tienden a especializarse en una o dos de las fases del ciclo.
Los productores de hueva se especializan en la cría y selección de reproductores, sus principales productos son las huevas embrionadas para los criadores de juveniles y caviar para consumo.
En otros centros normalmente se incuban los huevos embrionados y se crían hasta un tamaño en que puedan trasladarse a los centros de engorde o se sacrifican como truchitas pequeñas para consumo.
Las granjas de engorde se suministrarán de juveniles y los alimentan hasta tamaño ración (300-400 g) o hasta trucha de gran tamaño (1 kg o superior).
Agrotendencia