A pocas horas de la Ciudad de Buenos Aires, existen localidades que supieron ser centros clave de actividad económica y social durante el auge del ferrocarril y que hoy atraviesan una segunda vida como destinos de turismo rural y de cercanía. Se trata de cuatro escapadas poco conocidas, ubicadas entre 70 y 400 kilómetros de la Capital, que combinan naturaleza, historia y tranquilidad, y se presentan como una alternativa atractiva para quienes buscan desconectar del ritmo urbano antes o después de las fiestas de fin de año. La selección fue difundida por Meteored Argentina.
Una de ellas es Los Cardales, situada a poco más de 70 kilómetros de la Capital, con un tiempo de viaje estimado de una hora en auto. Aunque cuenta con infraestructura moderna, el destino suele pasar inadvertido en los circuitos turísticos tradicionales. Su principal atractivo es el ambiente relajado, ideal para escapadas cortas. Entre las experiencias más buscadas se encuentra el día de campo en la estancia Santa Susana, donde los visitantes pueden acercarse a las tradiciones gauchas y la gastronomía típica. Para quienes priorizan el confort, el Sofitel La Reserva Cardales se posiciona como una opción de alojamiento de alta gama en un entorno natural. A pocos kilómetros, el Parque Nacional Ciervo de los Pantanos ofrece uno de los pocos ambientes naturales bien conservados dentro de la región más densamente poblada del país. Los Cardales también suma conectividad ferroviaria a través del Ferrocarril General Bartolomé Mitre, ramal Victoria–Capilla del Señor, que desde fines de 2025 finaliza su recorrido en esta estación.

Otra alternativa es Gándara, un pequeño paraje rural ubicado a 120 kilómetros de Buenos Aires, equivalente a una hora y media de viaje. Durante décadas, la localidad giró en torno a una planta láctea, que le dio dinamismo productivo y social. Con el cierre de esa actividad, el pueblo entró en una etapa de quietud, que hoy se traduce en su mayor atractivo: silencio, paisaje abierto y ritmo pausado. Gándara no es un destino masivo y su población es considerada dispersa, pero esa misma condición la volvió un punto buscado por quienes valoran experiencias auténticas y sin multitudes. En los últimos años, la Pulpería Gándara, instalada frente a la antigua estación de tren, ayudó a reposicionar al pueblo dentro del miniturismo bonaerense, con una propuesta gastronómica simple basada en empanadas, tortillas, sándwiches y churros. El acceso es directo desde la Autovía 2, que conecta Buenos Aires con Mar del Plata.
Más al norte aparece Salto, cabecera del partido homónimo, a 190 kilómetros de la Capital, con un tiempo de viaje que ronda las dos horas. El destino es reconocido por su entorno natural y su clima de tranquilidad. Uno de sus principales atractivos es el Parque Natural Municipal, ideal para caminatas entre vegetación autóctona, y la Cascada de Salto, un punto emblemático para quienes disfrutan del contacto con el agua y el paisaje. El casco histórico, con la calle Buenos Aires y la Plaza San Martín, invita a recorridos tranquilos que permiten conocer la identidad local. A orillas del Río Salto, las Ruinas del Molino Quemado conservan parte del pasado industrial harinero de la zona y suman un componente cultural a la visita. Salto se conecta principalmente por la Ruta Nacional 7 y rutas provinciales que la enlazan con el resto del noroeste bonaerense.

La cuarta propuesta lleva a las sierras del sudeste provincial. Villa Cacique es un pequeño pueblo serrano ubicado cerca de Barker, a 60 kilómetros de Tandil y a casi 400 kilómetros de Buenos Aires. Rodeado de sierras, arroyos y vegetación autóctona, el lugar ofrece un entorno natural privilegiado para quienes buscan desconectar por completo. Las actividades más frecuentes incluyen senderismo, trekking, caminatas por arroyos y cascadas, avistaje de aves, ciclismo de montaña y cabalgatas. Villa Cacique nació en la década de 1940 como villa obrera de la histórica fábrica de cemento Loma Negra, y aún conserva su arquitectura original, que le otorga una identidad singular. En el antiguo predio industrial funciona hoy el De las Sierras Hotel & Spa, un hotel boutique que recuperó el patrimonio edilicio y lo transformó en una propuesta de alojamiento de alto nivel. El acceso desde Buenos Aires se realiza por la Ruta Nacional 3, continuando luego por rutas provinciales hacia Tandil y la zona serrana.
Estos cuatro destinos comparten un denominador común: están cerca, son accesibles y ofrecen una experiencia distinta al turismo tradicional. Su pasado ligado al ferrocarril, la industria o la producción rural explica su surgimiento y también su posterior repliegue, pero hoy ese mismo recorrido histórico les permite posicionarse como refugios de calma, naturaleza y cultura local.

En un contexto de altas temperaturas, mayor movilidad interna y búsqueda de escapadas cortas, estas localidades del interior bonaerense aparecen como opciones concretas para terminar o comenzar el año sin largas horas de ruta. Lejos de los centros turísticos saturados, proponen redescubrir el valor del tiempo lento, el paisaje y la historia, a pocas horas de la ciudad.