s una innovación que permite afrontar mejor los ajustados números del negocio del feedlot”, afirma Adolfo Silveyra, CEO de El Ojo del Amo. El Ojo del Amo SRL es una startup universitaria de base tecnológica, integrada por un equipo multidisciplinario que desarrolla soluciones inteligentes para facilitar a la empresa ganadera la mejora de la productividad y rentabilidad preservando el bienestar animal. Tras el reciente lanzamiento de Alerta ITH, que permite gestionar el riesgo y anticiparse al estrés por calor en corrales de engorde, ahora presenta Circadia®, un sistema de iluminación Led para mejorar la ganancia de peso y la conversión alimenticia en bovinos confinados. El M.V. Adolfo Silveyra, Director de la Cátedra de Nuevas Tecnologías en Producciones Pecuarias de la Universidad Nacional de Rosario y CEO de la firma, explicó a Valor Carne los pormenores de esta innovación clave en el negocio del feedlot que requiere procesos de alta eficiencia para ser viable.
“Circadia es un sistema inteligente que modifica el ritmo circadiano del bovino, de ahí el nombre, que significa alrededor del día. O sea que cambia su comportamiento a lo largo de un ciclo de 24 horas”, afirmó Silveyra, detallando que el animal emplea básicamente 8 hs para comer y beber, 8 hs para rumiar y eructar, y las otras 8 hs para dormir.
“En nuestra latitud sur, la noche dura entre 10 y 14 hs en invierno. Entonces, la idea es cortar ese fotoperíodo natural agregándole luz artificial para que el animal no duerma más allá de las 8 hs que necesita”, agregó, aludiendo a que el descanso y la ingesta de alimentos son actividades que compiten por el tiempo. “Al dormir se liberan hormonas anorexígenas que inhiben el apetito e inducen al sueño. En cambio, si hay menos horas de oscuridad, con el efecto de la luz sobre el nervio óptico, se liberan hormonas anabólicas (IGF1 y Prolactina) que estimulan el apetito y transforman el nitrógeno no proteico en proteína muscular, promoviendo el crecimiento”, argumentó.
La estrategia de Circadia es prolongar el fotoperíodo natural colocando la iluminación sobre el comedero. El objetivo es adelantar el amanecer y prolongar el atardecer, que son los momentos en que los bovinos se alimentan en mayor cuantía, para favorecer la liberación natural de esas hormonas anabólicas. ¿Es como los pollos, a los que les ponen luz para que sigan comiendo? “El pollo es un ave y el bovino es un mamífero, un animal superior desde el punto de vista de la evolución. Entonces, cuando se sacia deja de comer”, respondió.
El sistema programa una determinada cantidad de horas de oscuridad, apagando las luces sobre el comedero, para asegurar un equilibrio entre sueño y consumo. “Así se logra un punto óptimo de liberación de hormonas anabólicas, medidas según corticoides en sangre, de modo que el animal come y duerme lo necesario, sin ningún estrés”, subrayó.
Para Silveyra, lo más importante es la optimización de los indicadores productivos. “En la práctica, la ganancia de peso mejora el 14,2% y la conversión el 15%, precisamente por esa liberación natural de hormonas. De este modo, los animales llegan antes al peso de faena lo que contribuye a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero. Es el gran secreto de todo esto, fue publicado en un paper de la Universidad de Rosario”, reveló.
La unidad mínima de instalación incluye luminarias para 50 metros lineales de comedero, baterías, paneles fotovoltaicos, alguna columna de iluminación y un PLC o controlador lógico programable. El sistema se adapta a feedlots de cualquier escala y no requiere electricidad rural.
“Las luces Led imitan la frecuencia de onda de la luz solar del amanecer y del atardecer, replicando los colores del cielo, que son diferentes a lo largo del día. Funcionan con un comando (PLC) que le dice a luz cuándo prenderse y cuándo apagarse, y en qué secuencia deben ir los colores”, contó Silveyra, aludiendo que esto se define en función de la latitud, la altitud y el día del calendario. “No es lo mismo en el norte de Salta que en el sur de Buenos Aires, se programa según la geolocalización, teniendo en cuenta la cantidad de horas de luz que indica el Servicio Meteorológico Nacional. Por ejemplo, en invierno las noches son más largas y el sistema lo corrige sólo, todo es automático”, subrayó.
¿Y en verano? “Lo saliente es que permite aprovechar la fresca de la noche para dar de comer”, afirmó, destacando que Circadia ofrece la alternativa del encendido nocturno. “Los animales se acercan porque ven la luz, consumen y luego se van al fondo, a la oscuridad, a rumiar y dormir. Si uno de ellos se arrima, los otros lo imitan y de apoco todos se van acostumbrando a la nueva rutina, es un proceso de adaptación que lleva un tiempo, según la raza que determina el ritmo circadiano”, advirtió el especialista, señalando que los británicos necesitan menos horas de luz que los cebuínos. “La ventaja de alimentarlos de noche, durante la temporada estival, es que se evita el estrés calórico con el consiguiente efecto sobre el bienestar animal”, remarcó.
El Ojo del Amo instaló la tecnología en el feedlot La Filomena, de la familia Buschittari, a 80 km de Rosario, donde se compararon dos corrales con animales livianos de razas británicas, uno iluminado y el otro no. Se incluyeron machos y hembras, que ingresaron con 200 kg promedio a fines del invierno y no se modificó la rutina del establecimiento ni la dinámica de ventas, que fueron seguidas de cerca por el personal.
“Hace años que estoy en la actividad y me sorprendió la novedad. Los investigadores colocaron las luces sobre el comedero y el bebedero, y funcionan solas, se enciendan a la tardecita y a la madrugada. No tuvimos que hacer nada, trabajo cero. Los animales comieron muy relajados y echaron más kilos”, contó Luis Alegre, encargado de la Filomena. En ese sentido, los novillos iluminados salieron con 18 kg más y las hembras con 6 kg más, además de terminarse tres semanas antes. “Ahora la prueba terminó, tenemos el corral iluminado con invernada y se ve la diferencia. Funciona”, confirmó.
Por otra parte, la startup realizó una modelización para un feedlot de 1500 animales de capacidad instantánea, que hace poco más de tres ciclos anuales, en este caso con novillos tipo exportación.
El tratamiento con Circadia implica un ahorro anual de $ 1.755.617 comparado con el modelo sin iluminación. Esto monto, dado por la mejora en los parámetros productivos y la menor cantidad de días de engorde, casi duplica la inversión necesaria para adoptar la tecnología.
“La relación costo beneficio es muy buena, los paneles fotovoltaicos y las luces duran más de diez años y requieren poco mantenimiento”, finalizó Silveyra.
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