Emprender en el momento adecuado

os emprendedores se caracterizan por su disponibilidad de energía para emprender un “viaje”, desde la idea de negocio como punto de partida hasta su materialización. No obstante, sobreponerse a los contratiempos y acometer con determinación su propósito no es suficiente para asegurar el éxito.

Una de las debilidades más comunes de pymes y emprendedores es la falta de organización. Para conducir una empresa, hay aspectos a tener en cuenta si se desea mantener el rumbo. “Hay que mantener la calma, detenerse a analizar y enfocarse en los objetivos y resultados de la organización. A veces, variará el contexto y habrá que adaptar los objetivos, pero hay muchas maneras de alcanzarlos”, indica Tory Uranga, capacitadora global de emprendedores.

Formación

La mejor forma de sortear cualquier escenario y ser productivos es disponerse a capacitarse. Hay que desarrollar habilidades naturales, aprender de los otros y capacitarse en lo que falta. “Aprender es la mejor herramienta, ya que el saber es el mayor activo”, destaca Uranga.

Actitud

Existen dos tipos de mentalidades emprendedoras: la fija, que tiende a ver el vaso medio vacío y se pone excusas para no avanzar; y la de crecimiento, que se predispone a aprender del error y persevera para cumplir sus metas. “La actitud positiva es fundamental y hay que sostenerla”, sugiere la capacitadora.

Colaboración

Es importante saber que la competencia quedó obsoleta. Dentro del mundo de los negocios, es clave colaborar y generar alianzas. “Participar y construir círculos dentro y fuera de la organización que fomenten lazos de colaboración permite delegar, hacer crecer, compartir, aprender y generar una fuerza imparable que aumenta la estructura y propuesta de valor de una compañía y sus integrantes. Trabajar en equipo y en redes con la misma motivación y ganas de crecer, asegura el éxito fuera de cualquier contexto y genera un hábito positivo”, destaca Uranga.

Asesoramiento

Si bien no hay ningún entrenamiento a la hora de emprender que garantice el éxito, puede ser de gran ayuda contar con asesoramiento profesional para no caer en algunos de los errores más comunes. “Es vital tener una imagen a tres o cinco años sobre cómo visualizamos el negocio. Es un ancla para orientar el rumbo y desarrollar la estrategia: facilita identificar los pasos para alcanzar la meta. Además, hay que contar con un modelo de negocios”, explica.

Nivel de riesgo

A la hora de pensar en los números del negocio, es importante comprender la diferencia entre lo económico, lo financiero y lo patrimonial. Mientras lo económico refiere al margen con el que puede vender su producto o servicio y le indica si es económicamente viable, lo financiero lo llevará a considerar el desfasaje entre el momento de enfrentar los pagos y el de percibir los ingresos por ventas.

Por último, lo patrimonial le permite identificar el aporte que el negocio requerirá de los socios o de apalancamiento externo para cubrir los gastos de equipamiento e infraestructura, así como el descalce entre pagos e ingresos, sobre todo en etapas de crecimiento donde la demanda de capital de trabajo puede hacerse insostenible.