El tractor estrella en forrajes conservados

En el manejo de forraje conservado, el tractor tiene un rol fundamental. Originados con el  fin de facilitar la tarea y potenciar el trabajo del hombre en el campo, los tractores aumentan la productividad transformando energía en trabajo útil.

Los tractores de alta versatilidad, como los aplicados a tareas en lotes distribuidos a largas distancias, llegan a trabajar más de 15.000 hectáreas por campaña haciendo diferentes tareas; presentan una alta productividad por hora trabajada y un bajo costo operativo.

Además, estos tractores, por su peso y dimensión de rodado, permiten manejar los altos volúmenes de forraje entregado por las picadoras de alto caudal de silaje. Así, el transporte desde el lote al silo se realiza de manera ágil, con alta maniobrabilidad, gran capacidad de arrastre, empuje y frenado con precisión.

El almacenamiento es un paso crítico en la confección de forraje: es clave el transporte, la distribución del material en el silo, el compactado y el tapado. Aquí el tractor tiene un papel preponderante y es donde queda de manifiesto su poder de tracción y maniobrabilidad. Para tener éxito en la unidad de cada lote, es necesario contar con equilibrio de dimensiones, peso y rodado.

En el proceso de confección, no debe entrar tierra al silo, por eso es importante que los neumáticos del tractor pisador no estén contacto directo con la tierra; tiene que ser ágil en el cambio de velocidad, de sentido de movimiento y de dirección. Asimismo, debe permitir montar y operar la pala frontal o la hoja espejo para que la distribución del material aportado en capas sea uniforme.