Los ingenieros agrónomos deben tener la oportunidad de ocupar cargos técnicos y directrices

ara el académico José Gino Aguirre, presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Cochabamba, la institución que dirige y defiende tiene que ser valorada por las autoridades contratando a sus agremiados en puestos de dirección y no darles esos cargos a personas sin estudios, solo por la afiliación política.

«Los profesionales agrónomos han invertido mucho dinero en sus formaciones académicas y han generado una profesión que tiene que estar al servicio del país».

Considera que puede ocurrir el que algunas entidades no contemplen el valor del ingeniero agrónomo y allí si puede venir el favoritismo político que no valora la capacidad técnica y por ello contratan a personas solo por tener cierto grado de afinidad política lo cual no considera injusto.

Departamento de semillas

Cochabamba era llamado hace mucho tiempo el granero de Bolivia, pero los tiempos han cambiado y perdió esa condición, aunque ahora tiene una virtud en el tema de semillas.

Justo con ese potencial el departamento puede impulsar sus actividades considera el entrevistado quien se refirió a numerosas áreas de producción que tiene sui departamento y que, son fundamentales para el desarrollo agrícola de Bolivia.

Explicó, por ejemplo, que ese departamento es la primera entidad en producción de semillas de papas, rubro que además allí tiene más de 130 mil hectáreas de cultivos sembrados.

«Somos un país en el que existen más de 1.400 variedades diferentes de papas y la empresa de semillas produce, al menos, 3.000 toneladas de alta calidad, pero a nivel nacional eso solo el 25% de la necesidad que tiene el país», relata el especialista de este tema.

Se refirió a que existe también en su departamento muy buena semilla de maíz, habas, vainitas, frijoles, y otros rubros, mientras que en el aspecto de hortalizas está el centro de Díaz Montenegro, además en la población de San Benito hay una entidad que está produciendo plantas in vitro de frutales en clima templado como los manzanos.

«Todo esto nos indica que tenemos un gran potencial, pero nos falta seguir trabajando. Yo como integrante de la universidad estoy impulsando junto a los estudiantes y profesores la semilla de hongos micelios y apostamos a algunas cepas de hongos comestibles y medicinales», resaltó.

Los hongos micelios tienen como función sostener el desarrollo de las esporas. El micelio reproductivo se desarrolla en sectores donde se han agotado los nutrientes. Esto le permite al hongo que sus esporas puedan abandonar ese lugar para colonizar ambientes más ricos en nutrientes.

Destaca el informante que se debe aprovechar la topografía de Cochabamba para este emprendimiento que se han planteado, por cuanto cuentan con espacios que se convierten en un desafío para los agrónomos.

Trajo como ejemplo el cultivo del banano que tiene mucha importancia en el tema de la exportación. Pues en Cochabamba cuentan con 17 mil hectáreas cultivadas y la producción no se dedica a la venta al mercado internacional.

Por ello considera que falta mucho para impulsar la producción del plátano y también la exportación de ese producto.

Un Colegio luchador

Al referirse al Colegio de Ingenieros Agrónomos de Cochabamba, del cual es su presidente desde el 20 de noviembre de 2020, considera que tienen numerosos desafíos por delante.

«Nuestro mayor interés es mostrar una mayor unificación con todos los colegiados agrónomos, además debemos abrir las puertas del Colegio para que más colegiados puedan apoyar las actividades «.

¿Qué han logrado a lo largo de los últimos meses?

«Tradicionalmente realizamos un calendario en el que participan 24 entidades y resulta ser un resumen de las instituciones más representativas que trabajan en Cochabamba en la producción de diversas áreas como miel, hortalizas, flores, semillas, etc.

También se han divulgado las investigaciones que han realizado sobre el uso de micro organismos que son promotores de crecimiento, y otros temas que están reflejados en el calendario.

Asimismo, han realizado hasta el momento tres cursos, el primero de ellos referido al cultivo de los hongos, así como los cultivos hidropónicos, otro curso estuvo referido al manejo de las diferentes herramientas informáticas relativas al manejo de las oficinas.

Al referirse al tema de los cultivos de hongos e hidropónicos señaló cómo los docentes deberían generar opciones para crear empresas con los estudiantes y al respecto manifiesta que les ha ido bastante bien con lo del cultivo de los hidropónicos.

Explicó que uno de los grandes problemas de Cochabamba es que el río Rocha al que antes iban los mayores de 60 años a lavar sus ropas y a bañarse en la actualidad es un canal de desagüe y lamentablemente muchos cultivos son regados con esas aguas.

Refiere directamente que los cultivos hidropónicos abren un abanico de posibilidades y genera empresas aspecto que lo demuestra el que desde la universidad se han generado algunas empresas que dan asistencia técnica o producen hortalizas hidropónicas.

Los hidropónicos son cultivos que se realizan en agua, no utilizan la tierra para cultivar, solo es necesario depositar en el agua todos los nutrientes que necesita una planta para crecer, de esta manera las raíces consumen en el agua todo lo que necesitan, haciéndose innecesario el uso de la tierra.

En algunos cultivos, la tierra es reemplazada por fibra de coco, arcilla expandida, zeolita o lana de roca. Es una técnica que ha logrado resultados sostenibles, ecológicos y eficientes.

«Es una forma muy eficiente de ahorro de agua, sostiene el académico, y es un tema que interesa cada vez más. Además, van ahora a mostrar esos avances con pequeñas entrevistas a través de internet en las que se explicará el potencial regional que tiene la universidad».

Recalca que lo que aspiran es mostrar la fuerza que tiene la región en materia agrícola mediante las entrevistas técnicas.

Otro tema que les interesa divulgar es la actualización en torno a la utilización de drones en la agricultura, fundamentales para proteger la salud de los agricultores, porque se evita que las personas estén en contacto directo con los químicos que se utilizan en las siembras.

Por otra parte, se refirió al tema de la soberanía alimentaría y al respecto indicó que los agrónomos deberían tenerla esa frase en las venas.

«Cuando vemos las estadísticas apreciamos que el incremento de las importaciones ha llegado a un 58% en los últimos diez años. Por ello la soberanía alimentaria la tenemos que tomar con un carácter serio y con mucha madurez técnica», dijo.

Señaló que, si ahora importamos el 70% de los frutales que requiere el país, dentro de unos 10 años esa importación debe bajar por lo menos a la mitad y en 20 años no se debería importar nada de esos productos.

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