a Ciudad de Buenos Aires obtuvo el reconocimiento “Tree Cities of the World 2020”, patrocinado por Arbor Day Foundation y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Se trata de un programa de reconocimiento para las ciudades del mundo que se comprometen con el cuidado y desarrollo de su arbolado urbano, a partir de un trabajo profesional y con estándares específicos de gestión.
Entre los requisitos que cumplió la Ciudad de Buenos Aires y que imponen un estándar internacional se destacan: contar con una ley que define cómo actuar para la protección y cuidado del arbolado; tener un área profesional dentro del gobierno responsable de la gestión del bosque urbano. Contar con un inventario actualizado para establecer un plan eficaz a largo plazo para plantar y cuidar los árboles. Tener un presupuesto específico para ejecutar las tareas de mantenimiento e incremento del arbolado y contar con una celebración anual de los árboles para crear conciencia.
“El Arbolado Urbano es uno de los componentes esenciales de nuestro ecosistema por eso es central trabajar en su mantenimiento y generar conciencia sobre su importancia”, afirmó Facundo Carrillo, secretario de Atención Ciudadana y Gestión Comunal al tiempo que explicó: “Los árboles proveen innumerables beneficios ambientales para nuestros vecinos, moderan las temperaturas en verano y permiten un ahorro importante de energía, reducen la polución ambiental, disminuyen el ruido urbano, y contribuyen a retardar el impacto de las tormentas, entre otros”.
“El Arbolado Urbano es uno de los componentes esenciales de nuestro ecosistema por eso es central trabajar en su mantenimiento y generar conciencia sobre su importancia”, Facundo Carrillo.
En total, 120 ciudades de 63 países han sido reconocidas junto a Buenos Aires que, con su postulación y aprobación, es la primera jurisdicción de la Argentina en ingresar a esta red. La Dirección General de Espacios Verdes y Arbolado de la Ciudad junto a las 15 Comunas son las encargadas de aplicar el plan maestro de arbolado con un equipo de profesionales y técnicos provenientes de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. La postulación tuvo como objetivo principal poner en valor el trabajo que viene desarrollando la Ciudad en forma sostenida.
“Esta distinción reconoce el compromiso internacional de Buenos Aires con el ambiente. Esta semana, además, C40 distinguió a Buenos Aires como una de las ciudades más activas de la región en la lucha contra el cambio climático”, indicó Fernando Straface, Secretario General y de Relaciones Internacionales.
“Esta distinción reconoce el compromiso internacional de Buenos Aires con el ambiente", Fernando Straface.
Según el último Censo finalizado en 2018, en veredas y plazas porteñas habitan unos 431.326 árboles. Hay 423 especies botánicas y más de 250 arbóreas; el fresno americano lidera el ranking de especies seguido por el plátano y el ficus benjamina. El balance respecto del anterior Censo 2010 dio positivo, el arbolado de la Ciudad registró un crecimiento de 6.887 ejemplares y conservó en estado vital 424.439. Para alcanzar estos resultados, desde julio de 2012 fueron necesarios reemplazar además un total de 27.137 ejemplares por falta de vitalidad o situaciones de emergencia como tormentas.
“La proyección del arbolado porteño para los próximos 30 años contempla un desarrollo planificado y sustentable de la población de árboles de acuerdo a su composición etaria; su diversidad botánica; la aptitud de las especies arbóreas para habitar ciudades; y, finalmente, su disposición conforme al diseño paisajístico”, afirmó Florencia Valía, Directora General de Espacios Verdes y Arbolado, al tiempo que explicó: “Nuestro trabajo sobre el arbolado urbano requiere de una gestión estratégica diferenciada a largo plazo con recursos económicos y humanos asignados a la forestación, su cuidado y mejoramiento”.
“La proyección del arbolado porteño para los próximos 30 años contempla un desarrollo planificado y sustentable de la población de árboles de acuerdo a su composición etaria; su diversidad botánica; la aptitud de las especies arbóreas para habitar ciudades; y su disposición conforme al diseño paisajístico”, Florencia Valía.
En el último trimestre de 2020 la Ciudad completó un operativo de forestación nativa por el que se plantaron ejemplares que habían perdido protagonismo en la flora porteña y, en su mayoría, cuentan con flores que atraen insectos polinizadores y frutos y semillas que sirven de alimento a la variada fauna del ecosistema de la Ciudad.
Las plantaciones incluyeron un 45% de ejemplares de especies arbóreas, entre las que se destacan el “tala” y el “espinillo”, y un 65% de herbáceas y subarbustivas. El “tala”, que en otros tiempos fue el árbol dominante en las tierras porteñas, fue proclamado especie emblemática por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; hoy se presenta como un exponente raro.
El “tala” produce unos frutos muy dulces y pequeños parecidos a los duraznos, que son buscados por las aves. Sus hojas sirven de alimento a las orugas de mariposas espectaculares como la “zafiro de talar” y la “picuda”. Entre las aves el “cardenal”, la “reina mora” y el “pepitero” gustan de armar sus nidos al resguardo de sus ramas.
Otro punto destacado de los trabajos realizados por los equipos profesionales de la Ciudad fue la creación de jardines para polinizadores. Estos espacios son proyectados para dar refugio y alimento a un ejército de insectos benéficos que cumplen un rol muy importante en la naturaleza y más en los centros urbanos ya que permiten la generación de frutos y semillas y así aseguran la continuidad de la vida en el planeta.
Se sumaron plantas herbáceas, arbustivas y trepadoras como la “vara dorada”, la “salvia del bajo”, la “melosa” una margarita de flores amarillas o el “azahar de campo” que es pariente del conocido cedrón. Las “chilcas”, el “sauco”, el “tabaquillo” y la “talilla” son arbustos muy visitados por aves más pequeñas como los “piojitos y las “tacuaritas” que son grandes consumidoras de insectos, por lo que mantienen un equilibrio en estos espacios.
Por último trepadoras como el “guaco” cubrirán cercos y columnas para embellecer la infraestructura gris al tiempo que sus hojas son alimento de la mariposa “perezosa” o el escarabajo “tortuga” de colores iridiscentes azules, verdes y rojos. Las hojas de otra enredadera conocida como “mburucuyá o pasionaria” permite el sustento de una de las mariposas más comunes en la ciudad, la “espejitos”.
En el marco del plan de forestación, la Ciudad recuperó el centenario corredor de las palmas que fuera inaugurado por el ex presidente Domingo Faustino Sarmiento a fines del siglo XIX. La Ciudad plantó 32 palmeras sobre la actual avenida Sarmiento (entre Figueroa Alcorta y Libertador), antiguamente conocida como “Las Palmas”. Este corredor, ubicado dentro del parque 3 de febrero, fue conocido antiguamente como “las escobas de Sarmiento”, en relación a uno de los próceres argentinos que más se comprometió con el desarrollo de los espacios verdes y el arbolado de la Ciudad.
Arbocity es una asociación sin fines de lucro formada por profesionales e investigadores del sector de la gestión del bosque urbano y la infraestructura verde con el objetivo de difundir los beneficios del bosque urbano y la importancia de su cuidado y gestión.
Ofrece apoyo a gobiernos locales, sector privado y ciudadanos en general, acercando y desarrollando soluciones tecnológicas, nuevas metodologías de gestión y de valoración de servicios ecosistémicos, e iniciativas de ciencia ciudadana y educación ambiental.
Tree Cities of the World, es una iniciativa conjunta de Arbor Day Foundation y Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO). Es un reconocimiento gratuito, a ciudades de todos los continentes que cumplan con cinco estándares básicos en la planificación y el cuidado de los árboles y bosques urbanos y su objetivo es fomentar una red sólida de comunidades que lideren hacia una gestión sostenible de los árboles y bosques urbanos alrededor del mundo.