ada departamento sanjuanino tiene particularidades dignas de conocer y destacar. Cada una de estas regiones de nuestra provincia ofrece detalles que las hacen singulares. Al hablar de Valle Fértil, su sólo nombre es "carta de presentación". Su geografía es lo que principalmente caracteriza toda su fisonomía, pues la cercanía a la Sierras Pampeanas colmó su paisaje de belleza, que se lo disfruta a pleno por tener un microclima sumamente agradable. Es un territorio seductor; sus sierras, praderas arroyos y ríos lo convierten en un edén. Saúl Quiroga, el gran poeta y cantor, vallisto por adopción, se prendó de este lugar de ensueño. Así lo apunta la letra de su sanjuanina cueca: "Yo soy de Valle Fértil, soy sanjuanino, pegadito a la loma tengo mi nido...".
Valle Fértil está situado al Noreste de la ciudad capital de San Juan. Tiene una superficie amplia cuyo contorno asemeja una larga franja. En épocas prehispánicas fue habitado esencialmente por la comunidad de Capayanes.
La villa cabecera, San Agustín, fue fundada en el Siglo XVIII. Precisamente San Agustín es el patrono departamental, a quien los pobladores le rinden culto originario de Numidia (África), desde tiempos lejanos. En el aspecto religioso, Valle Fértil cuenta con una historia rica, que sería imposible incluir en su totalidad. Sí diré sobre el fervor religioso que la comunidad le brinda a la Inmaculada Concepción, llamada cariñosamente "la patroncita". Además, la Orden de los Jesuitas poseyó una propiedad en la localidad de Las Tumanas, un pintoresco y atractivo sitio, al cual suelen llegar muchos turistas.
Una particularidad de la villa cabecera es que el nombre de sus calles y la disposición de ellas imitan a las de la ciudad capital de la provincia. Precisamente a pocas cuadras de la villa cabecera se ubica el bello dique homónimo, también el embalse, de gran riqueza por los que representa, pues sus aguas tienen doble uso para los habitantes ya sea para el provecho turístico como para regar los campos productivos.
Junto a este núcleo poblacional de San Agustín, sumamos diferentes distritos, como Astica, Usno, La Majadita, Baldecitos, Baldes de las Chilcas, y las sierras, como la de Chávez y de Elizondo.
Indudablemente lo que resalta a nivel mundial de este bello departamento es el Parque Provincial Ischigualasto, cuya riqueza paleontológica atrae además de turistas a científicos de todo el mundo. También se lo conoce como Valle de la Luna. Este último apelativo nació a partir de una expedición en la que participó diario de cuyo en 1958, con el periodista Rogelio Díaz Costa y el fotógrafo Antonio Lagos. De este valiosísimo sitio mucho se ha escrito, no obstante, se puede adicionar que la flamante Ruta Nacional 150 potenció el turismo, a la par que se convertirá en una ruta transcendental que relacionará el Océano Atlántico con el Pacífico.
En su aspecto económico, Valle Fértil posee un perfil agrícola ganadero, con una inicial actividad minera. En el suelo vallisto se cultivan varios tipos de legumbres, hortalizas y frutales. De estos últimos, los citrus como las limas, son únicas en San Juan, por su tamaño y sabor. En lugares como La Majadita y otras más, se cría ganado ovino, bovino y caprino. Recordemos que en La Majadita se realiza "La Fiesta del Chivo", una celebración a la que llegan turistas del resto de San Juan y otras provincias para degustar este manjar.
Por último diré, que Valle Fértil tiene una riqueza cultural -desde lo antropológico-, representadas por variadas leyendas, como "La novia del diablo", "El misipay de los naranjos", "Las tres cruces", entre otras. También es cuna de personajes entrañables, vinculados a esa cultura vernácula, como aquella "rezadora" llamada Rosario Vega.
Diario de Cuyo