Manejo de suelos y ambientes en el cultivo de sorgo

Los suelos de la región pampeana con aptitud agrícola se adaptan al cultivo dándose los mayores rendimientos en suelos profundos, con buen drenaje, de buena fertilidad y con pH entre 6,2 y 7,8

Manejo de suelos y ambientes en el cultivo de sorgo
miércoles 11 de diciembre de 2019

De todos modos hay que puntualizar que el sorgo se desarrolla también en terrenos alcalinos, sobre todo las variedades azucaradas que exigen la presencia en el suelo de carbonato cálcico, lo que aumenta el contenido de sacarosa en tallos y hojas.

Es moderadamente tolerante a suelos con alguna salinidad y/o alcalinidad, siendo su comportamiento, ante esas condiciones mejor que la de otros cultivos como maní, soja y maíz.

Los principales beneficios de la inclusión del sorgo en las rotaciones de cultivos son resultantes de la alta cantidad de rastrojo que se obtiene y su lenta descomposición (relación carbono / nitrógeno). Esto permite, por un lado, contribuir al contenido de materia orgánica del suelo y, por otro, disminuir las pérdidas de agua del suelo por evaporación, mejorando la infiltración de agua.

 

Condiciones ambientales

El sorgo se adapta en regiones cálidas subhúmedas y semiáridas, donde la precipitación es limitada. Incluso progresa bien en zonas donde la lluvia no excede los 380 milímetros.

Las plantas de sorgo pueden atenuar su crecimiento durante un período de sequía y reanudarlo de nuevo cuando vuelva a disponer de humedad.

Es importante considerar que el sorgo es uno de los cultivos que prospera en altitudes que van desde los 0-1800m.s.n.m. La temperatura media óptima para su desarrollo es de 16°C.  Temperaturas debajo de estos valores no son convenientes, ya que se alarga el ciclo y baja el rendimiento. La temperatura máxima en que se pueden desarrollar es de 37.5° C.

Además, el sorgo tiene las características de que su sistema radicular es grande, un ritmo de transpiración eficaz y además tiene algunas características foliares que retardan la pérdida de agua en las plantas.

 

Agua

El sorgo tolera mejor la sequía y el exceso de humedad en el suelo que la mayoría de los cereales, y crece bien bajo una amplia gama de condiciones en el suelo. Además, responde favorablemente a la irrigación, lográndose excelentes resultados si se encuentra bajo riego.

Requiere un mínimo de 250 milímetros durante su ciclo para llegar a producir grano y pueden obtenerse buenos rendimientos con 350 milímetros. Pero, para lograr altas producciones, el requerimiento de agua varía entre 450 a 600 milímetros, dependiendo del ciclo del híbrido y de las condiciones ambientales. Es fundamental que el suelo tenga una adecuada humedad en el momento de la siembra para lograr una emergencia rápida y homogénea, y con ello una buena implantación del cultivo. Sin embargo, las mayores exigencias en agua comienzan unos 30 días después de la emergencia y continúan hasta el llenado de los grano, siendo las etapas más críticas las de panojamiento y floración, puesto que deficiencias hídricas en estos momentos producen mermas en los rendimientos.

El sorgo, además, tiene la capacidad de permanecer latente durante un periodo de sequía y reemprender su crecimiento en periodos favorables, aunque estas situaciones de estrés modifican su comportamiento.

 

TodoAgro



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