Así crecen en La Delfina, la pequeña granja porcina de la familia Müller en Don Cristóbal

Para llegar al establecimiento La Delfina de la familia Müller hay dos opciones: transitar 12 kilómetros del camino de tierra que la une a Don Cristóbal o 25 de la ciudad de Seguí. La granja es pequeña y con grandes ambiciones.

A seis años del puntapié inicial, concretado a partir de la incorporación de 15 madres, fueron sumando asesoramiento, inversiones y muchas ganas de aprender para crecer. El día de hoy los encuentra con 60 madres en producción y un horizonte cercano para sumar otras 60.

Los hermanos Miqueas y Josué Müller cuentan que la decisión se sumar porcinos a un establecimiento mixto tradicional se sostuvo en la vocación de hacer en mejor uso posible del suelo para producir más proteínas animales con los granos logrados campaña tras campaña.

Entre la tierra propia y la arrendada suman 600 hectáreas y ese espacio debe ser suficiente para desarrollar un esquema sustentable y rentable.

De la elección del cerdo como objetivo productivo Miqueas, ingeniero agrónomo de profesión, contó que “tenemos mucho para crecer en el sector, por eso nos sumamos a la actividad”. Precisó que optaron por las razas Choice y Topics que describió como “de muy buena calidad de carne que están probadas y funcionan muy bien en la zona”.

Para dar una idea de lo mucho que tienen por delante para crecer aportó que la ganancia de peso está en el orden de los 700 granos y los nacimientos son del orden de los 13 lechones. “Vamos bien” dejó saber antes de dar cuenta que se concentran en hacer las inversiones necesarias a la vez que aprenden todo lo que pueden sobre tecnologías de manejo y alimentación. “Poco a poco mejoramos y eso es bueno” sentenció.

Josué aportó que todo lo inherente a la granja requiere mucha atención, pero, subrayó, “en la maternidad es donde más atento hay que estar porque los animales son chicos; lo mismo que en la sanidad que se debe hacer siempre según el plan profesional porque hay que proteger a los animales de las enfermedades y en eso la alimentación es importante”.

Los hermanos cuentan que al momento de hacer números advierten que no está bien la relación de precios entre los granos que demandan para alimentar y el de carne lograda para vender. “Crecer es complejo en este esquema y para los productores chicos no hay créditos accesibles, las tasas no están al alcance. La actividad es dinámica, da un ingreso mensual pero los intereses no son adecuados”, especificó. En eso se suma al pensamiento de la mayoría de los productores entrerrianos: “Serviría si los créditos se ponen a valor producto, eso asegura que el productor cumpla con sus obligaciones y crezca”.

Mariano Galeano, de la firma Daser Agro, aportó que “los márgenes están muy ajustados por la volatilidad de los precios de los granos, que representan el 70% del costo de producción”. El experto puso en valor la tecnología nutricional para elevar los estándares de productividad, sustentabilidad y bienestar animal.

Describió que “la nutrición es una pata fundamental. No puede quedarse atrás, el productor busca la eficiencia y en eso nutrientes de la madre son claves. Los programas nutricionales evolucionan año a año para dar mejor ganancia de peso”.

El experto destacó “el servicio de Provimi, la empresa de nutrición animal de Cargill, diseñada para alcanzar el máximo desempeño en la fase de crecimiento y terminación, en términos de ganancia de peso y conversión alimenticia”. Contó que “Utmost es la versión 2.0 de su exitoso programa nutricional, para potenciar la rentabilidad y el retorno económico del negocio porcino”.

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