Esto refleja un aumento sobre los 700 millones de dólares con respecto al año pasado, provocado por caídas en la producción y el precio del aceite. Según Ingaramo, el precio en este momento está un 110% por encima del año pasado.
Con respecto al futuro, Ingaramo sostiene que Argentina está en condiciones de duplicar las exportaciones de aceite de girasol en 2025 y aumentar un 50% el movimiento económico generado por la cadena, pasado de 2.000 a 3.000 millones de dólares por año.
El asesor privado señaló que Argentina tenía el primer puesto como exportador de aceite de girasol hasta que se impusieron retenciones en 2007, lo cual provocó una reducción del área sembrada y la producción.
En la actualidad, Ucrania con 54% y Rusia con 30% son líderes, mientras Argentina se ubica en tercer lugar con 7%. Ingaramo describió que “en el mundo se producen 2 millones de toneladas de granos, que se traduce en 20 millones de aceite, de los cuales se exporta la mitad. El consumo mundial del girasol, preferido por las clases medias y altas, ha crecido 5% anual en los últimos 10 años y un 9,5% acumulativo en importaciones y exportaciones”.
Para el especialista, “todos los años habrá una demanda incremental de 700 mil toneladas de girasol en el mundo, que se traducen en 680 mil has adicionales que alguien tiene que sembrar en el mundo, porque los ricos y nuevos ricos no van a querer dejar de consumir un aceite tan rico”.
El asesor de Asagir indica que Argentina, incorporando 100 mil has se puede llegar a 2025 con el mismo nivel de área cubierta de 2007, que era de. “Con el rendimiento actual que es de 5 qq más por hectáreas, podríamos pasar de 935 millones de dólares en 2019 a 2.037 millones de dólares”.
Para lograr ese objetivo, Ingaramo propone que el Gobierno Nacional trate a los productos del girasol como a las economías regionales en cuanto a las retenciones a las exportaciones, reduciendo las alícuotas de acuerdo con el último esquema del año 2020.
De Frente Al Campo