El reporte denominado InfoPlagas, una herramienta para el monitoreo de cultivos, que es realizado mediante un convenio entre el INTA, la Fundación Escuela Superior Integral de Villa María y la Universidad de Villa María pone el acento en que son cuatro los pulgones que afectan al cultivo de sorgo:
Las infestaciones de pulgones en sorgo pueden detectarse por la aparición de manchas o puntuaciones de coloración rojiza (ver figura 1). Todas las especies de pulgones presentan una elevada tasa de reproducción y debido a esto, en muy poco tiempo pueden desarrollar colonias de gran tamaño y con un gran número de individuos.
Conforme aumentan las colonias aumenta también la mancha de la hoja, la cual comienza a morir y se vuelve necrótica. Al observar las hojas infestadas con mayor detenimiento es posible detectar la apariencia brillosa (Fig. 2) que le otorga la sustancia pegajosa y azucarada (fumagina) con la que son cubiertas y que favorece el desarrollo de hongos, reduciendo así la actividad fotosintética de la planta y afectando negativamente el rendimiento.
Figura 1. Manchas rojizas causadas por pulgones en sorgo:
Figura 2. A. Apariencia brillosa de la hoja de sorgo infestada por pulgones. B. Colonización por hongos de la hoja infestada por pulgones:
Los adultos son de color verde esmeralda con una franja más oscura en el dorso (Fig.3). Las antenas son oscuras, los ojos salientes y negros y las patas son del mismo color que el cuerpo.
El pulgón verde de los cereales es vector de enfermedades. Si su ataque tiene lugar poco después de la siembra puede llegar a producir graves daños por muerte de las plántulas, pero los ataques más frecuentes se observan próximos a la floración o estado de grano lechoso, época en la que afectan el llenado y debilitan la caña resultando así en pérdida de peso de los granos y predisposición al vuelco de las plantas.
Figura 3. Colonia de adultos y ninfas de Schizaphis graminum en sorgo:
La cantidad de pulgones verdes necesarios para causar daños económicos depende en gran medida del tamaño y la condición de las plantas de sorgo. Un umbral práctico y rápido para poder tomar decisiones de aplicación es cuando en prefloración, se tiene una de las hojas basales casi muertas y la siguiente comprometida.
En el INTA Paraná se propone una tabla para la toma de decisiones a tener en cuenta durante el monitoreo y control del pulgón verde de los cereales (Fig. 4.)
Figura 4. Criterios de decisiones para el pulgón verde de los cereales:
Las especies ápteras poseen el cuerpo algo globoso, son de color verde amarillento a verde azulado claro y a veces negro, con un área en la base de los sifones de tonalidad oscura a púrpura. Las patas y antenas son de color oscuro y los sifones son negros, cortos, rugosos e inflados regularmente en su parte media de los mismos. Las especies aladas poseen el abdomen verde amarillento a verde oscuro y carecen de las manchas dorsales oscuras en la base de los sifones. Las ninfas son semejantes a los adultos, pero más claras. Tanto los ápteros como los alados miden entre 0,9 a 2,4 mm (Fig. 5).
Figura 5. Adulto de Rhopalosipum maidis:
El cuerpo del adulto del pulgón de la caña de azúcar es de color amarillo brillante, tiene una longitud aproximada de 2 mm y es de forma aplanada y alargada (Fig.6).
Están cubiertos de largas setas (pelos) y poseen también cornículos cortos, dirigidos lateralmente y relativamente cilíndricos. Las antenas, conformadas por cinco segmentos, son también de color amarillo a excepción del último segmento el cual tiene una coloración más opaca. Los ataques intensos de este pulgón durante el periodo de implantación del cultivo de sorgo ocasionan un retraso en el crecimiento y muerte de plántulas.
Figura 6. Adultos de Shipa flava:
Melanaphis sacchari o “pulgón amarillo de la caña de azúcar” apareció por primera vez afectando a lotes de sorgo durante el verano de 2013 en Estados Unidos y México. Se desataca por su extrema virulencia, afectando en tan sólo dos campañas el 90% del área de cultivo de sorgo con importantes pérdidas en los rendimientos de sorgos graníferos, sileros y forrajeros de dichos países. En Argentina, se detectó por primera vez y a muy alta presencia, hacia fines de febrero del corriente año (2021) en las localidades de Gahan y Salto de la provincia de Buenos Aires. Actualmente, se está intentando corroborar su presencia en provincias más distantes como Entre Ríos, Salta, Santiago del estero, Córdoba y Chaco (Fig.7).
Figura 7. Presencia de Melanaphis sacchari en la provincia de Chaco:
Los pulgones de esta especie son pequeños y de color variable, dependiendo de la planta hospedante y las condiciones ambientales. Su color puede variar del amarillo pálido al púrpura o rosado, pasando por el amarillo-marrón y marrón oscuro. El adulto es áptero y alado, con marcas dorsales dorsales oscuras. Alcanzan un tamaño de 1,1 a 2 mm. El color de las ninfas también es variable, de amarillo pálido a verde-grisáceo. Pasa por cuatro estadios ninfales y los últimos estadios presentan parches marrones sobre el abdomen y a veces, las líneas intersegmentadas son también marrones
El pulgón amarillo, al igual que el pulgón verde de los cereales Schizaphis graminum, se aloja en envés de las hojas, pero se diferencia de este último por agruparse en abundancia en las cercanías de la nervadura central (Fig. 8). Posee una alta tasa de reproducción y por ello, en muy poco tiempo, la población crece fuertemente y es de suma relevancia el monitoreo para identificar su presencia temprana. Se aconseja comenzar con el monitoreo durante las etapas iniciales del cultivo y relevar también la presencia de hospedantes alternativo como el sorgo de alepo.
Figura 8. Colonia de Melanaphis sacchari:
El Departamento de Entomología de la Universidad de Kansas sugiere como umbrales de acción previos a la floración, el 20 % de plantas infestadas con 50-125 pulgones/ hoja y posterior a la floración, el 30% de plantas infestadas con 50-125 pulgones/hoja.
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