El sistema de alertas de plagas de INTA Marcos Juárez, en su informe décimo sexto del mes de abril, comunica, entre los aspectos destacados del panorama sanitario de la zona central, que se viene registrando una abundante población de adultos de gusano blanco durante los meses de verano, un peligro sanitario latente para los cultivos de invierno.
El trabajo mensual publicado por los asesores técnicos de esa agencia rural, Emilia Balbi y Fernando Flores, en el cual también hay un análisis sanitario para la soja y el maíz en la zona de influencia de Marcos Juárez, cita que en lotes de soja de segunda se constató que, en marzo, hubo un aumento de la defoliación causada por orugas y un incremento de la presencia de chinches fitófagas.
Sin embargo, el estado fenológico promedio de los lotes es avanzado tolerando bien el ataque de estas poblaciones, sin pérdidas de rendimiento. Los lotes atrasados aún deben ser monitoreados para estas plagas.
En maíces tardíos y de segunda se verificó la presencia de altas infestaciones de oruga de la espiga en aquellos materiales a los cuales la plaga no es susceptible.
Por su parte, el informe sostiene que este verano se observó una abundante población de adultos de forma generalizada de varias especies, como el bicho torito, cascarudo rubio y Anomala testaceipennis.
Los consejos que dejan Balbi y Flores sostienen que los lotes que presenten alta infestación se podrán detectar mediante la presencia de montículos de tierra que se forman por el movimiento de los mismos hacia la superficie luego de la lluvia.
Es importante confirmar la presencia de la plaga mediante excavación antes de tomar una medida de control. La infestación puede verse en forma de rodales o sectorizada. En lotes en los cuales se ha detectado una población inicial en campañas anteriores la predisposición al ataque es mayor.
“Se sugiere un umbral de control de 5-6 larvas/m2, y la utilización de curasemillas para prevención de daño inicial”, dicen los especialistas en zoología de Marcos Juárez.
En pasturas con presencia de leguminosas y consociaciones, destacan los técnicos, hay que considerar que los recuentos de orugas (militar y de la alfalfa) presentes deben ser inferiores a las 40 orugas cada 20 golpes de red.
“En lotes en los cuales haya poblaciones de más de 50 orugas cada 20 golpes de red con predominancia de la oruga militar, las cuales no hayan alcanzado su máximo tamaño, la potencialidad de defoliación es elevada”, advierten.
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