Fabián Dallasta destacó la importancia asignada por Salta a la producción de legumbres. Los informes hablan de que se implantan entre 190.000 y 200.000 hectáreas de legumbres. La producción en toneladas va de los 150.000 a las 200.000 toneladas anuales.
Dentro de las variedades, aparece el Poroto Mung, que en la zona norte de Salta se implantaron unas 4.000 hectáreas en forma “adelantada”, dice el ingeniero agrónomo Fabian Dallasta, de Samal Agro S.A.
Asimismo, señala Dallasta que entre enero y febrero se sembraron más de 10.000 hectáreas en otras regiones que esperan un buen desarrollo del cultivo, con un clima que varía según las condiciones orográficas de cada una de las zonas.
El poroto Mung es un grano muy demandado en el mundo, y la Argentina lo exporta al continente Asiático por el amplio mercado que ofrece y la utilidad que tiene este producto, que se lo consume como snack, brotes, legumbre, harinas y humus por la alta relación proteína/aceite que contiene la semilla.
En Argentina, el cultivo de porotos es el más importante dentro de la producción de legumbres.
La producción de legumbres se encuentra orientada principalmente a la exportación, debido a que el consumo interno es de 120 gramos per cápita al año, y se realiza principalmente durante los meses de otoño-invierno, coincidiendo con los meses en los que se obtiene la cosecha.
Según datos del Ministerio de Agroindustria, de la producción total argentina de porotos se destina más del 95% hacia la actividad exportadora (datos de informe perfil del poroto de dirección de comercio exterior Nación).
La producción argentina de porotos se encuentra localizada en el NOA, siendo Salta el principal productor, seguido de Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca. Esto gracias a las características climáticas de nuestra región, que permiten obtener un producto de mejor calidad con un gran reconocimiento del mercado internacional.
El poroto es un cultivo muy importante para el país ya que, a diferencia de los principales países productores, Argentina destina casi la totalidad de su producción, es decir un 90%, a la exportación. En consecuencia, el productor porotero está muy pendiente tanto de los cambios y regulaciones del mercado como de la tecnología existente para cuidarlo.
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