La diversificación de la producción y las características de los terrenos en la zona de islas entrerrianas, permitió analizar alternativas. En este sentido, desde el INTA analizaron la apuesta en Islas del Ibicuy.
Desde el INTA ven como una posibilidad para el desarrollo territorial. El análisis fue realizado en Villa Paranacito, Entre Ríos. De esta manera, señalaron que los sistemas silvo apícola pastoril proponen diversificar la producción, combinando la producción de madera, miel y forraje en un mismo ambiente.
“Consiste en la producción de árboles, generalmente especies de rápido crecimiento, junto con la producción de cultivos o forrajes, en un mismo lote y al mismo tiempo. La presencia de más de un estrato de vegetación, presupone conocer y manejar múltiples interacciones ecológicas, con sus particularidades complejas y dinámicas”, explicaron desde el INTA.
Los técnicos señalaron que el sistema dependerá de las especies involucradas, las condiciones medioambientales que lo rodean. “Un sistema silvo-apícola-pastoril aportaría no sólo un espacio físico libre de fitosanitarios, sino también una mayor oferta floral sostenida en el tiempo”, detallaron desde INTA.
En cuanto al terreno de islas, explicaron que el Delta posee una extensa superficie de paisaje de tierras bajas y anegadizas, con buena oferta de forraje, y agua con buena aptitud para diferentes usos, lo cual lo convierte en un área con un elevado potencial para diversas producciones primarias alimenticias con origen en sistemas naturales.
Desde INTA explicaron que el sistema silvo-apícola-pastoril genera oportunidades para una producción de madera de calidad con el acceso ganadero a los lotes, agregar valor a la producción forrajera, disponer de la posibilidad de mejora de la calidad del sombreo y bienestar animal de la tropa, incluyendo manejos que ponderen la producción apícola.
Este sistema permite que el ganado pueda ingresar tempranamente y consumir especies forrajeras arbóreas, arbustivas y herbáceas nutricionalmente valiosas, expresaron los técnicos. Además, agregaron que la combinación de pasturas y árboles forrajeros incrementa el valor nutritivo de la dieta animal, mientras que la hojarasca de los árboles estimula el “ciclaje” de nutrientes, protege el suelo y mejora su fertilidad.
“El pastoreo y la instalación de apiarios bajo plantaciones forestales es una alternativa factible gracias a la generación de ingresos intermedios y tempranos, hasta la llegada del turno de corte, al tiempo de permitir la colecta de servicios ecosistémicos de los mismos”, detallaron desde el INTA. Al mismo tiempo, señalaron que permite la posibilidad de producir materias primas alimenticias de forma sostenible, en ambientes poco o nada contaminados del Delta entrerriano.
Por último, el informe técnico detalla que los sistemas se encuentran asociados a la provisión de otros servicios ecosistémicos como la captura de carbono en el suelo, la protección de la biodiversidad, el control de erosión de cuencas y la reducción de los riesgos de contaminación con nutrientes. “Este tipo de manejo integrado conforma uno de los denominados climáticamente inteligentes por su activa participación en la disminución de los gases del efecto invernadero, con el consiguiente aporte a la sustentabilidad de los mismos”, concluyeron desde el INTA.
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