Francisco Demarchi forma parte de una tercera generación de productores agropecuarios que trabaja en la zona del paraje Cuatro Vientos, a pocos kilómetros al oeste de la ciudad de Río Cuarto.
Relata que el hoy denominado camino rural S266 es el mismo por el que su abuelo transitaba hace más de 100 años, arriando vacas para las ferias que se realizaban en la capital del sur cordobés.
En una zona con alta erosión, a medida que pasaron los años, las lluvias fueron complicando cada vez más las condiciones de transitabilidad; al punto de que lo usual en casos de tormentas era que los productores y pobladores de la zona, incluyendo una escuela que funciona allí, quedaran prácticamente aislados.
Pero todo cambió a partir de 2019: un tramo de 11 kilómetros de esta vía de comunicación que forma parte de la red vial secundaria y terciaria de Córdoba, fue el primero beneficiado en el marco del Programa de Mejoramiento de Caminos Rurales diseñado por la Provincia en conjunto con la Mesa de Enlace.
“Tenemos un criadero intensivo de cerdos, por lo que es imprescindible llegar con el alimento y salir con la producción. A los animales hay que atenderlos todos los días. Y tener un camino consolidado nos cambió la vida: no se corta, no se hacen lagunas, lo que antes tardábamos una hora y media, ahora nos lleva media hora”, subraya Demarchi.
Para este productor, “el beneficio es mayor que el costo”, porque no sólo tener un camino mejorado permite llegar al establecimiento con cualquier tipo de vehículos, sino también disminuir las roturas y agilizar los tiempos de cosecha.
“Antes, a veces no podía ir a monitorear los cultivos, o sólo podía hacerlo en una moto. Y los camioneros ni siquiera nos querían venir a cargar cuando llovía. Los teníamos que esperar dos o tres horas, y muchas veces había que ir con un tractor para desencajarlos. Hoy los tenemos acá en una hora”, completa.
De acuerdo con los datos aportados por el Ministerio de Agricultura, hay 23 proyectos de mejoramiento (algunos son enripiado y otros, pavimentación) con algún grado de avance: tres ya se ejecutaron, seis están en construcción y el resto están a punto de iniciarse, ya se licitaron o en breve saldrán a concurso de precios.
En total, son más de 300 kilómetros los que se prevé mejorar en un corto plazo, con una inversión estimada que supera los 2.400 millones de pesos, y que benefician a aproximadamente 3.800 productores que administran 360.000 hectáreas.
A esto se suman tres caminos (Charras – Paso del Durazno, Capilla del Carmen – Luque y Pampayasta – Villa Fiusa) sobre los que ya se están reuniendo consentimientos por parte de los productores. Otros 10 en los que se comenzará también a consultar a los potenciales beneficiarios y más de 150 solicitudes de mejoras presentadas.
El proceso consiste en que los productores que quieran mejorar una traza eleven una nota al Consorcio Caminero Único conformado por la Provincia y las entidades de la Mesa de Enlace, que es el que decide las prioridades.
Luego se evalúa la viabilidad técnica del proyecto, se lo presupuesta y se les plantea a los productores cuál es el costo. Para que la obra finalmente se realice, se necesita que la mitad más uno de los potenciales beneficiarios de su aval.
“A partir de ahí, la Provincia paga el 100 por ciento de la obra, pero a la mitad del dinero los productores tienen que devolverlo, en un plazo de tres años cuando es un ripio, y hasta cinco años un pavimento. De todos modos, la otra parte también en cierto modo es pagada por los productores, porque se extrae del Fideicomiso para el Desarrollo Agropecuario que se fondea con el 60 por ciento de la recaudación del Impuesto Inmobiliario Rural”, destaca Franco Mugnaini, subsecretario de Infraestructura Rural de la Provincia.
Cuando era presidente del Consorcio Caminero Cuatro Vientos, Mugnaini fue pionero en impulsar el plan. “Es un programa excelente desde el punto de vista de la maduración que significa la política y el sector productivo trabajando juntos”, subraya.
Puede suceder también que no haya un 51 por ciento de productores que avalen una obra, pero que exista uno solo que decida hacerse cargo de afrontar el costo.
Es el caso de Juan Longo, que está ampliando su granja porcina en la zona de Serrano y decidió solventar por su cuenta la mitad de los 31,5 millones de pesos para enripiar siete kilómetros.
“Actualmente, tenemos una granja cerca del pueblo con 1.200 madres y estamos duplicando esa capacidad. Pero ahí vamos a dejar solo gestación, maternidad y destete, y la terminación y engorde lo vamos a llevar al sitio nuevo con una capacidad aproximada de 17.000 a 18.000 animales. La idea es reutilizar los efluentes como fertilizantes en un campo de 700 hectáreas”, repasa Longo.
Y agrega: “Todos los días vamos a tener como mínimo un camión llevando los lechones y volviendo con capones, y a su vez dos camiones trasladando alimento balanceado. Es una muy buena iniciativa, porque la Provincia se hace cargo de todo, con excelente predisposición, y nos da la posibilidad de pagarlo hasta en tres cuotas anuales”, valora.
Agrovoz