Te contamos todo sobre dos destinos para disfrutar al máximo del turismo rural en Buenos Aires.
Tranquilidad y tardeceres de ensueño. La Sistina es una de las estancias más imponentes de la provincia de Buenos Aires. Ubicada en una isla de Laguna del Monte, solo se puede acceder en lancha, helicóptero o en avión.
Su casco, con forma de trébol, está edificado con paredes con arcadas mediterráneas, columnas jónicas y tejas coloniales, mientras que, una gran piscina y su estilo campestre en la decoración de los interiores crean un ambiente único para el descanso.
La flora y fauna de la estancia la convierten en el lugar indicado para tomar fotografías, realizar paseos en bici, caminatas o practicar la pesca desde la costa o embarcación.
La gastronomía de la Sistina se destaca por platos caseros con un sabor único.
En el noreste de la provincia de Buenos Aires, La Rosenda es una de las estancias más pintorescas del país. Repleto de árboles autóctonos, se trata de un casco color rojo intenso de más de cien años de antigüedad.
La actividad agropecuaria de la estancia se funde con diversos atractivos turísticos y espacios de relax como la pileta, las salas de juegos y la cancha de padel. La parrilla, el horno a leña y una galería ideal para una mateada hacen la diferencia.