Una nueva generación de consumidores conscientes están conectados con el origen de los productos y el mercado Argentino sigue adaptándose a la demanda que viene creciendo de manera exponencial.
Para muchas personas ser vegetariano o vegano es más que una dieta, es un estilo y una filosofía de vida, por lo que es importante brindar productos que se adapten a las necesidades de este público en crecimiento constante.
Están los que buscan consumir productos que desde el momento cero, sean alimentos de producción orgánica y de emprendimientos locales y están los que solo se limitan a no consumir carne y/o alimentos de origen animal.
El abanico de opciones es amplio y para todos los gustos, podemos encontrarnos con personas vegetarianas, más reconocidas por no comer animales, personas veganas que no consumen ni animales ni derivados de animales, las crudiveganas que solo consumen alimentos crudos, apivegetariano que no consume carnes, huevos y leche pero sí miel o el ovovegetariano que si consumen huevos y miel; están los lactovegetarianos que no comen carne y huevos pero sí leche y miel y por último las personas ovolactovegetarianas, no come carne y miel pero si leche y huevos.
El común de las personas piensan que el vegano “come pasto”, que “es aburrido” o “se va a enfermar” pero para contradecir este mito hay una gran variedad de productos industrializados fuera de los vegetales y son cada vez más las empresas que elaboran respetando la pauta de “no derivados de animales” o “sin testeo animal” o con la menor cantidad de derivados de animales.
Podemos comparar la cartilla de productos, como era hasta hace algunos años atrás, para las personas con celiaquía, dejando aparte que no es un “estilo de vida” sino una patología, pero la variedad de productos sin TACC era escasa, hoy la variedad de artículos libres de gluten es inmensa.
¿Pero por qué pensar que un caramelo no es vegano, si a nuestro entender es una golosina que no contiene derivados de animales? La respuesta está en la letra chica de cada ingrediente de una golosina, el desmenuzar el componente de cada ingrediente no natural.
El ejemplo más popular es el colorante E-120 también llamado colorante carmín o colorante rojo, utilizado en infinidades de golosinas y alimentos, este contiene ácido carmínico.
En realidad son cochinillas trituradas y mezcladas con aluminio, calcio o amoniaco. La cochinilla es un crustáceo pequeño de color gris. En concreto las cochinillas que se crían en los cactus. Las hojas están repletas de este crustaceo. Estas se recolectan, se dejan secar sobre un tamiz. Posteriormente se machaca y por último se mezcla con aluminio.
Otro ejemplo es la gelatina, utilizada en infinidades de golosinas, este espesante proviene de la piel, huesos y tejidos conectivos de vacas y cerdos. Variedades de papas fritas hechas con grasas animal.
El azúcar refinada es otro ejemplo, los fabricantes aligeran el azúcar con carbón de hueso, se lo conoce como “carbono natural”, que se elabora a partir de los huesos del ganado.
Como kioscos podemos tener una góndola diferenciada para destacar las golosinas veganas y atraer a un nuevo público o animar a consumir esta amplia variedad a los clientes. Para esto elaboramos un breve listado de golosinas veganas con datos proporcionados por @relligious y @aptovegan en Instagram.
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