El interés de dos compradores fue tal que la puja por un borrego de pedigree Black Dorper de Cabaña "El Tacurú" finalizó con un precio nunca visto para un ovino en Argentina. El animal, hijo del último gran campeón de Palermo, se vendió en $2.4 millones y pasó a ser parte del plantel del establecimiento cordobés "Cuatro Reinas", propiedad de Franco Micelli.
El hecho ocurrió el sábado 8 de mayo en El Remate de las Estrellas, realizado por la cabaña anfitriona en Tacural (provincia de Santa Fe) junto a otras invitadas como La Rubia, Green and Black, El Luchador, Dorper Santa Fe y Don Jerónimo. El interés por los animales de pedigree también estuvo azuzado por la dificultad de importar genética de élite mundial, las virtudes de la raza y un proceso de creciente inversión en la producción y comercialización de carne ovina como una excelente alternativa a la bovina.
"Nosotros también quedamos un poco sorprendidos", reconoció Luciano Toldo, propietario de El Tacurú, en relación al valor del borrego de 11 meses, de genética neozelandesa, hijo del último gran campeón nacional de Palermo. Sin embargo, no fue el único valor destacado, ya que las hembras de pedigree de la misma raza promediaron casi $1.3 millones. Alejado de estos valores, los reproductores puros por cruza para majadas con destino a producción de carne promediaron $215.000 en machos y $129.000 en hembras.
Toldo explicó que llegaron con grandes expectativas al remate, porque haría las veces de Palermo ante la imposibilidad de realizarse la gran muestra de la Sociedad Rural. No contaban con el gran interés de dos interesados que pujaron fuerte por la genetica Dorper, especialmente traída de Nueva Zelanda. "La expectativa era superar el millón o millón y medio de pesos, por el esfuerzo y la inversión realizada", confesó el cabañero.
Al margen del prestigio creciente de la raza, en el país y el mundo, el condimento extra se lo dió el desembarco de inversores desde otras actividades del agro. "Gente de otro rubro, grandes agricultores que quieren incorporar pequeños animales con la idea de llevar la familia al campo", sostuvo Toldo. Con un alto poder adquisitivo, eligen la raza -que "está de moda"- y animales de primera línea, con la mejor genética disponible.
Y como importar desde Nueva Zelanda "es imposible, no se puede lograr porque la logística es muy difícil; y traerlos de otras partes también", recurren a la sangre existente en el país, que además es escasa. "Hay poco en el país y mucho interés, por eso se logran esos valores", resumió.
"Se está dando una vueltita de rosca al sector, los ovinos han venido para quedarse y que gente de otros rubros invierta es muy importante para el sector", explicó el titular de El Tacurú. Y contó que Franco Micelli, quien recientemente inscribió su propia cabaña, cuenta con 1.300 madres. A su vez, "está comercializando cordero por cortes y le está yendo muy bien".
Para Toldo se trata de un paso fundamental para el crecimiento de la ganadería ovina. "Si lo ofrecemos de la manera adecuada, la gente lo va a tomar, sobre todo por el precio de la carne vacuna", sostuvo, en referencia a llegar al consumidor con cortes listos para un consumo cotidiano en lugar de hacerlo en medias reses o cuartos, que obligan a consumirlo entre muchas personas en ocasiones especiales. "Estamos creciendo y apostando a que esto vino para quedarse y va crecer cada vez más", se entusiasmó.
El caso de Micelli es excepcional y costará repetir precios como estos -admitió Toldo-, sin embargo los reproductores para rodeo general también "se vendieron muy bien, hay mucho interés". Una anécdota lo revela: "terminó el remate y al otro día siguió viniendo gente a buscar; o sea que tuve que sacar de la cabaña animales que no había puesto a la venta", relató.
El cabañero indicó que la demanda está estimulada por ser una raza novedosa, así como la búsqueda de incorporarla para mejorar majadas por parte de los productores. Incluso el ánimo inversor empieza a notarse en zonas no tradicionales para la actividad. Si bien crece en regiones tradicionales, tanto el norte como en el sur, "llama la atención que en el centro del país, en la cuenca lechera, donde era era extraño, la gente lo está adoptando y asombra las personas que buscan hembras y machos para armar una majada nueva".
Como ventajas, Black Dorper unifica pelo en lugar de lana, mucha carne, "marmolado distinto" sin tanta grasa, "que sobre pastura no se satura y no es empalagoso como suele ocurrir" con razas tradicionales. "Por eso tiene mucha aceptación", reveló. Y las otras grandes virtudes, además de ser poliéstrica continua (cicla todo el año, como la vaca), consisten en que "es mellicera y rústica, porque convierte muy bien", explicó, porque son originarias de Sudáfrica, donde "en origen no había mucho alimento". Es tan eficiente en la conversión, concluyó, que "a los adultos no se les puede dar ración porque se sobre engrasan".
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