La Bolsa de Cereales de Córdoba estimó que la cosecha de sorgo sumará 424.500 toneladas este año en la provincia, lo que significa un crecimiento del 27 por ciento con respecto a la campaña anterior, cuando fueron 334.211 toneladas.
Será así el volumen más alto para este cereal desde la campaña 2015/16, cuando fueron 452 mil toneladas.
Esto se logrará gracias a un crecimiento de la siembra, que pasó de 97 mil hectáreas a más de 120 mil, y a un incremento de los rindes, que se elevarán de 50,9 quintales por hectárea a 55,2 quintales. Esto marca la tolerancia del sorgo a las condiciones de restricción hídrica, que fueron mayores en esta temporada que en la anterior.
Del mismo modo, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires elevó en 300.000 toneladas su pronóstico de cosecha a nivel nacional, para ubicarla en un total de 3,3 millones de toneladas, 32 por ciento por encima de las 2,5 millones de toneladas del ciclo previo y el mayor volumen también desde la campaña 2015/16.
“Los buenos rindes recolectados en las provincias de Santa Fe y Córdoba nos permiten aumentar la estimación de producción. Los rindes de los lotes tempranos superan las expectativas iniciales a medida que las cosechadoras avanzan”, mencionó la entidad porteña.
Los números anteriores muestran que este cultivo ha recuperado relevancia en las estrategias de los productores, lo que se fundamenta en dos razones: su alto precio internacional y su adaptación a condiciones de baja oferta hídrica como las que ocurrieron al inicio de la siembra estival.
El presente y futuro promisorio del sorgo fue analizado durante el Congreso Maizar 2021, en un panel del que participaron Daniela Regeiro, analista agrícola de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires; Natalia Gattinoni, del Instituto de Investigación Clima y Agua del Inta; Vicente Trucillo, breeder del programa de Sorgo de Tobin Semillas; Leandro Pierbattisti, consultor internacional en cadenas de negocios agroindustriales; y Omar Odarda, consultor en comercio de productos agrícolas y alimentos.
Según Regeiro, la siembra aumentó 27 por ciento en la última campaña hasta alcanzar 950.000 hectáreas, con los mayores crrecimientos en el sudeste de Buenos Aires (43 por ciento) y en Córdoba (40 por ciento). Y pese a la aparición del pulgón de la caña de azúcar en el norte del país, la cosecha se encamina a incrementar el volumen.
En términos de mercado, Pierbattisti fue claro en relación a que la demanda china vino para quedarse. El experto mostró un mapa global del sorgo y señaló que China cubre solo 30 por ciento de su consumo interno con producción propia. Por eso, es el principal importador mundial, al punto de concentrar 80 por ciento de los intercambios internacionales.
Para Pierbattisti, la demanda china de sorgo todavía tiene trecho por recorrer, debido a que, para 2050, tres cuartas partes de la población china vivirán en zonas urbanas. Actualmente, el gigante asiático compra unas seis millones de toneladas anuales, con lo que su demanda influye de modo inevitable en el precio mundial. “El apetito chino no va a parar”, resumió el experto.
Además, el sorgo australiano atraviesa un mal momento: su ciclo, que se da de febrero a junio, pasó por un marzo muy lluvioso, que dañó el cultivo. Por eso, el panorama es favorable para que la Argentina le venda sorgo a China, pero hay que competir teniendo en cuenta las condiciones que ofrecen los competidores. “La clave no es solo exportar más, sino mejor”, expresó Pierbattisti.
Omar Odarda, que entre 2007 y 2016 fue consejero agrícola en la Embajada argentina en China, dio más precisiones sobre ese mercado clave a nivel global, que compra sorgo forrajero y sorgo para destilación de aguardiente. La Argentina está habilitada para la variedad forrajera, precisó.
Los principales abastecedores de sorgo a China son Estados Unidos, Australia y Myanmar, pero las ventas argentinas aumentaron fuertemente y tienen un gran margen para crecer. En 2014, la Argentina firmó un protocolo con China, pero se hicieron pocas operaciones y se dio un paso en falso con el envío de unas 80.000 toneladas que no fueron bien recibidas allí, por la detección de plagas, entre ellas, sorgo de Alepo.
Fue un detonante geopolítico (la imposición de altos aranceles antidumping al sorgo de Estados Unidos) lo que hizo que el mercado chino se reabriera al sorgo argentino, con la operación de un importador particular en 2018.
Esta mercadería tuvo buena recepción, lo que hizo que, en 2019, las exportaciones a China aumentaran a 190.000 toneladas; en 2020, a 260.000 toneladas, y en 2021 podrían llegar al millón de toneladas, aseguró Odarda. En abril, el Ministerio de Agricultura chino recomendó a sus productores sustituir raciones de alimento balanceado del maíz por otros tipos de harinas.
En síntesis, la demanda china de sorgo vino para quedarse, la Argentina tiene la ventaja de producir en contraestación y se está ganando una reputación de productor y exportador confiable, que hay que cuidar. Hay gran potencial para este cultivo.
Agrovoz