Aducen que en lo comercial sería muy nocivo para Argentina y dan varios argumentos para estar en contra de la liberación de la tecnología que no es usada en ningún país.
Al trigo transgénico se lo cortó la cadena. Y se le cortó antes de empezar a circular. Fue contundente el rechazo de todos los sectores productivos que forman parte del engranaje triguero ni bien se oficializó la noticia, hace casi un mes, de que el Ministerio de Agricultura de la Nación había aprobado la tecnología HB4 para el cultivo desarrollado por la empresa Bioceres y presentado en 2018. Se trata de una variedad con tolerancia a sequía que hasta el momento no fue validada en ningún país del mundo.
Se aclaró, además, que la aprobación quedaba “condicionada” al apoyo de Brasil, el principal comprador del trigo argentino. Ya se sabía que la cadena triguera no estaba de acuerdo con esa decisión: había expresado su rechazo total en 2018, cuando se presentó la innovación. Volvió a hacerlo en los últimos días, con los hechos consumados.
La gran mayoría de las entidades vinculadas a la producción de trigo creen que la Argentina ha dado un mal paso. Así lo expresaron en un comunicado firmado por todos los eslabones: las gremiales de productores, los acopios, los corredores, las bolsas, los molinos y las exportadoras del cereal. Hay que destacar que no lo rubricaron las entidades tecnológicas y tampoco Argentrigo, la cámara de la cadena triguera.
“El mercado argentino no tiene experiencia en consumir trigo transgénico, y ya existen pedidos de parte de empresas alimenticias nacionales e internacionales que operan en nuestro país, de comprar únicamente harina o trigo no transgénico. El uso comercial nacional del trigo HB4 impactará en los precios y abastecimiento de trigo en el país. El daño que se produciría al mercado de trigo argentino sería irreparable e irreversible, toda vez que la contaminación se propagará y la segmentación resulta inviable. Se pondría en riesgo los esfuerzos conjuntos (público / privado) realizados para consolidar nuevos mercados y expandir fuertemente las exportaciones”, expresaron en el comunicado conjunto bolsas de cereales, exportadores, acopiadores, molinos y las entidades de la Mesa de Enlace.
Aunque, por otro lado, dejaron en claro que no hay integrantes de la cadena triguera que se opongan al avance tecnológico. “Apoyamos la ciencia nacional, la innovación tecnológica y los servicios que se siguen realizando en nuestro país, con vocación de aportar al desarrollo económico y social, y protegiendo el ambiente”.
“No tenemos dudas de que el trigo HB4 no tiene riesgos ambientales ni de salud pública, y que el Senasa y la Conabia han realizado sendos estudios técnicos que así lo confirman”, indicaron.
“Han puesto el carro delante del caballo y el riesgo es para toda la cosecha de trigo argentina en el caso de que se apruebe. Pero además el hecho de estar esperando el visto bueno de Brasil tampoco tiene sentido. Es una locura apostar solamente al mercado brasileño, cuando sólo representa el 45% de las exportaciones argentinas”, planteó en diálogo con Tranquera el presidente de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Javier Buján.
“En caso de que Brasil apruebe el trigo transgénico, te va a quedar un 55% del resto del mercado mundial al que le vendemos que no sabemos si nos va a seguir comprando”, agregó.
Por otra parte, con la negativa ya expuesta de la industria brasileña a la aceptación del trigo transgénico (ver recuadro), pierde peso la decisión del gobierno del vecino país en cuanto a aprobar el ingreso del cereal OGM. “Ya no pasa por una decisión gubernamental. Está claro que por más que el gobierno de Brasil lo autorice, la industria ya avisó que no lo va a comprar”, explicó Buján.
El titular de la Cámara de Arbitral contó además que en abril de 2019 desde la entidad que preside se promovió una reunión entre el ingeniero Héctor Huergo, director de Clarín Rural y accionista de Bioceres, y todos los sectores de la cadena triguera. “El objetivo fue que él expresara su posición en defensa del trigo HB4 y que la cadena le transmitiera a las autoridades de Bioceres la preocupación”, dijo Buján.
En ese encuentro se acordó que Huergo le iba a comunicar a la empresa que los distintos sectores estaban dispuestos a ir con Bioceres a cada uno de los países compradores de trigo y de harina para hablar de la nueva tecnología y lograr el compromiso de que iban a aprobar la compra del HB4. “Pero Bioceres nunca lo hizo, jamás nos respondió. Nuestro planteo es simple: si todos los importadores dan el sí, listo, vamos para adelante”, comentó.
“Porque acá nadie está en contra de la tecnología, sino del riesgo comercial”, completó. Y aseguró que “hace casi diez años Australia y Estados Unidos experimentaron con el trigo transgénico y cuando vieron el rechazo mundial a nivel comercial lo archivaron”.
Pablo Fuente, gerente del Centro de Acopiadores de Cereales de Tres Arroyos, fue muy claro y siguió el mismo recorrido: “La postura de la Federación de Acopiadores es en contra porque no hay un mercado para comercializarlo y una mezcla con el trigo convencional podría llegar a hacer un desastre. Una vez mezclado no hay forma de segregarlo”, alertó.
“Cuando se segrega, por gluten, proteína, o lo que sea, se hace para conseguir un mayor precio. En este caso es probable que lo terminen vendiendo como forrajero en caso de que no haya mercado”, completó.
Para que no se produzca la mezcla, algo que todos los consultados consideran imposible de evitar, habría que hacerles análisis a todos los camiones que entran a una planta o al puerto, y eso tiene un costo que tendría que absorber el productor. “Nosotros pedimos una reunión con la Sociedad Rural local para informar que se iba a sumar otro costo y la complicación logística que se iba a generar. Porque el análisis que se necesita hoy no está disponible en la entrada del puerto, hay que muestrear y enviara a hacerlo. Eso es tiempo y que el camión esté parado”, indicó Fuente.
El otro planteo es que, si bien es cierto que se podría empezar a sembrar trigo en zonas marginales, si finalmente el cereal transgénico al no tener mercado se termina vendiendo a menor precio que el convencional, generaría que tampoco fuera viable en esas regiones sembrarlo.
“La conclusión que sacamos es que se empezó al revés. Había que haber conseguido los mercados y luego haber comenzado a multiplicar”, completó.
El ingeniero Pablo Abbate, investigador del INTA y miembro de Comité de Cereales de Invierno, puso sobre la mesa otro punto polémico. “Bioceres explicó cómo va a comercializar el trigo HB4 y uno de los aspectos es que será con entidad preservada. Entonces, ya no sabés ni dónde van a estar esos lotes. Será muy difícil aislarlos”, indicó.
“Según nos informó la empresa, hay entre 6.000 y 6.200 hectáreas sembradas en esta campaña, repartidas en 20 localidades. Pero nosotros quisimos averiguar dónde estaba cada lote y nos manifestaron que es información restringida”, comentó.
En caso de no aprobarse la tecnología esos lotes deberán cosecharse en la forma regulada, con las debidas precauciones, y el problema surge con las semillas cosechadas. “Si no se aprueba hay que destruirlas antes de los dos años. La pregunta es cómo lo hacés”, planteó Abbate. “Hablamos de 6.000 hectáreas a un rinde promedio de uno 4.000 kilos, es una cantidad muy importante de semilla que no se destruye así nomás”, agregó.
“Y si se aprueba, ya no corren más los cuidados que tenés que tener ni con el aislamiento de la semilla. Al menos si se aprueba bajo las condiciones que están planteadas hoy. Así como están las cosas, ni siquiera vamos a saber cuáles son los lotes transgénicos”, completó.
A esta altura, los integrantes de la cadena triguera se hacen una y otra vez la misma pregunta y, aseguran, no encuentran la respuesta: ¿por qué el Gobierno quiere autorizar el trigo transgénico?
En una carta firmada por Rubens Barbosa, presidente ejecutivo de la Asociación Brasileña de Industria del Trigo (Abitrigo), la entidad explica los motivos por los que se opondrá a la comercialización tanto de harina transgénica como de trigo en el transcurso de la audiencia pública convocada por Ctmbio (la Comisión Nacional de Biotecnología de Brasil), a solicitud de una empresa argentina productora de trigo transgénico. A continuación, los párrafos destacados del escrito:
“En vista de la información reciente de Argentina sobre el lanzamiento para la venta de trigo genéticamente modificado (trigo transgénico) y la audiencia pública sobre la autorización de la venta de harina genéticamente modificada, la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo), representante de la industria de producción de harinas y derivados del trigo, tomando en cuenta el interés de los consumidores brasileños, aclara que:
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