En el sudeste cordobés, la soja y el maíz se multiplicaron por 3

Es lo que creció la producción en los últimos 20 años en los departamentos Marcos Juárez. La zona tiene los suelos con la mayor aptitud agrícola de la provincia y fue pionera en la siembra directa

En el sudeste cordobés, la soja y el maíz se multiplicaron por 3

La zona fue bendecida por la naturaleza. En el sudeste de la provincia, la región que conforman los departamentos Unión y Marcos Juárez, se encuentran los suelos con la mayor aptitud agrícola de la provincia. Su composición franco-limosa los hace integrantes de un selecto grupo a nivel mundial con características inigualables para la producción de granos.

Pero la zona no es sólo recursos naturales. En los últimos 30 años se vio enriquecida por el talento y la innovación tecnológica que referentes pusieron a disposición de la agricultura.

La siembra directa, el sistema que permite producir granos sin roturar la tierra y que configuró un nuevo paradigma para la agricultura moderna, tuvo en la región a sus pioneros y precursores. Eric Rosso y Rogelio Fogante, por citar sólo a dos, integran esa lista de productores y profesionales entusiastas que hicieron de esta zona de la provincia una de las más productivas del país.

Rosso, con su impulso como productor por la siembra conservacionista, y Fogante, en sus comienzos como técnico del Inta y participe de la obtención de las primeras variedades trigueras de la institución con germoplasma mejicano y luego como agricultor y difusor de la siembra directa, tienen su reconocimiento en la región.

A tal punto que en la actualidad dos rondas ubicadas en el acceso a Marcos Juárez llevan sus nombres. Un reconocimiento que también comparten con Nazareno Schiavoni, el fundador de la empresa de maquinaria agrícola Schiarre y también gestor en el desarrollo de la agricultura moderna.

A partir de estas contribuciones, la agricultura en la zona núcleo de la provincia no ha parado de crecer. Yeso se percibe en los números. La incorporación de tecnología por parte de los productores y la adopción de un manejo más sustentable en el tiempo hicieron que en los últimos 20 años la producción de soja y de maíz se multiplicará por tres, según los datos del Ministerio de Agricultura de la Provincia.

A comienzos de siglo, ambos cultivos generaban 3,1 millones de toneladas; en la actualidad aporta 8,15 millones de toneladas, 162 por ciento más.

 

Dos décadas de inversión en la zona núcleo

En la campaña 1999/2000, la cosecha de soja en el departamento Marcos Juárez fue de 1,40 millones de toneladas, un volumen que en el ciclo 2019/2020 creció a 2,28 millones de toneladas, un 63 por ciento más que hace 21 años.

En Unión, el desempeño fue mayor. En el arranque del siglo, la producción de soja era de 657 mil toneladas, mientras que en el ciclo 2019/2020 trepó hasta 1,98 millones de toneladas: 202 por ciento más, a partir de la incorporación de casi el doble de superficie sembrada, que pasó de 270 mil hectáreas a 536 mil hectáreas.

“En los últimos 20 años hubo un cambio rotundo en los rendimientos por incorporación de tecnología y en manejo por parte de los productores”, observa Pablo Bollatti, técnico del Inta Marcos Juárez e integrante de una familia de productores de la región.

 

Explosión de maíz

Si el empuje de la soja en la zona fue sostenido, el que realizó el maíz fue explosivo. En el ciclo 1999/2000, en el departamento Marcos Juárez se producían 601 mil toneladas, volumen que en 21 años trepó hasta 1,90 millones de toneladas: 216 por ciento más.

En Unión, el crecimiento fue aún mayor. La producción de maíz creció 350 por ciento: pasó de 441 mil toneladas a 1,98 millones de toneladas.

“Hace 20 años hacer que un maíz rindiera 10 mil kilos por hectárea era todo un logro; ahora si no se llega a ese nivel queda gusto a poco”, compara Bollatti.

La irrupción del maíz dentro de la canasta agrícola de la zona ha generado un fuerte componente dinamizador para la economía.

En lo que va del siglo, la superficie destinada al maíz en ambos departamentos creció 123,5 por ciento: pasó de 170 mil hectáreas a 380 mil hectáreas.

“Por cada tonelada que se produce de soja por hectárea, de maíz se obtienen tres, lo que se traduce en más movimiento de logística”, sostiene Martín Pavani, ex presidente de la Asociación de Productores Rurales de Marcos Juárez.

Por tratarse de un cultivo que requiere 40 por ciento más de inversión en costo de producción que la soja y de otro tipo de maquinaria para su cosecha (utiliza una plataforma diferente a la oleaginosa), su impacto también ha sido determinante para el desarrollo de insumos y de equipamiento específico.

En Bell Ville (departamento Unión), la empresa Mainero revolucionó en los últimos años la cosecha de maíz, no sólo en Argentina sino también en el mundo. Fue con el diseño y la fabricación de un cabezal que permite cosechar al maíz en cualquier dirección. El equipo ya es utilizado por productores en Estados Unidos y otros países del mundo.

 

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