A pesar de un marco económico complejo en el que muchas actividades productivas se ven afectadas, el sector de la maquinaria agrícola parece ser la excepción a la regla. Con números positivos en la producción y una alta demanda similar a la de 2020, las principales firmas no paran de aumentar su facturación. Ventas en pesos y opciones de financiación, entre las claves del éxito.
De acuerdo a los datos del primer cuatrimestre de 2021 publicados por el Instituto nacional de Estadística y Censos (Indec), el Índice de Producción Industrial (IPI) del sector creció un 105%. Según el organismo, se trata de la principal rama industrial vinculada al agro que tuvo un buen inicio de año.
Respecto a los primeros tres meses del año, las ventas en el rubro crecieron en un 93,4% en relación al mismo período de 2020, lo que evidencia un aumento de la facturación de $25.278 millones.
Si hablamos de unidades, el panorama también es alentador. Cuando se revisan las cantidades vendidas en el primer trimestre, se registra la comercialización de de 3.889 unidades, lo que representa un extra de 832 máquinas en comparación al año pasado.
Los equipos más vendidos en el lapso de tiempo mencionado fueron las sembradoras, los implementos y los tractores.
Para los empresarios, la incertidumbre es una gran dificultad a la hora de calcular una financiación adecuada, aspecto clave a la hora de comercializar los equipos más costosos y de gran porte como cosechadoras, pulverizadoras y tractores de alta potencia. A esto hay que sumarle la regulación a las importaciones de maquinaria agrícola por parte del Gobierno.
En este sentido, tanto fabricantes locales como empresas multinacionales coinciden en la necesidad de políticas impositivas dentro de un marco legal adecuado que regule al sector, además de un plan estratégico a largo plazo que permita el desarrollo de una industria local.