La Red de Organismos Científico Técnicos para la Gestión del Riesgo de Desastres (Red GIRCyT) - dependiente de la Secretaría de Articulación Científico Tecnológica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación- cumplió 10 años y con motivo de su aniversario, realizó una charla encabezada por autoridades del MINCyT y la participación de un panel de expertos de organismos de ciencia y tecnología, los cuales compartieron experiencias a 10 años de la erupción del Cordón Caulle, que marcó no solo a la Patagonia sino también al mundo.
En la apertura, el secretario de Articulación Científico Tecnológica, Juan Pablo Paz, celebró el aniversario de la red y felicitó a los/as participantes que la integran y expresó que “la erupción marcó la vida de muchos habitantes de las provincias, especialmente Neuquén, Río Negro y Chubut, y generó una conmoción nacional. Aún persisten en la memoria colectiva esas enormes columnas de cenizas que afectaron por meses el transporte aéreo, los campos y los cruces fronterizos impactando enormemente no solo en la economía de los y las habitantes de la zona sino también en su salud, sus bienes, sus actividades cotidianas”.
Según el secretario, el impacto de ese evento puso en evidencia la importancia de coordinar adecuadamente con las instituciones del sistema científico el intercambio de información y la producción de conocimiento para la gestión del riesgo, a fin de contribuir a la toma de decisiones.
Por su parte, la titular de la Unidad de Gabinete de Asesores del MINCyT, Carolina Vera, señaló que “la gestión del riesgo ha evolucionado e implica poner el foco en la prevención y preparación y no tanto en la emergencia. Sabemos que no se pueden manejar las amenazas pero podemos trabajar para reducir el impacto”. Indicó también que la gestión del riesgo de desastres es un pilar en este modelo de desarrollo sostenible. “Celebro estos 10 años de trabajo de manera transversal e interdisciplinaria y los y las desafío a ir por más”, expresó Vera.
A su turno, la coordinadora de la Red GIRCyT, Agustina Rovasio, relató los inicios de la misma conformada como una Comisión de Trabajo (2013-2015) y formalizada a partir de la sanción de la Ley 27.287 que da creación al Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo y la Protección Civil, en su artículo 15.
La coordinadora señaló que actualmente existen en el ámbito de la Red 15 Protocolos interinstitucionales de Gestión de la Información en Etapa de Preparación ante Emergencias (GI-P) y mesas interinstitucionales que realizan un monitoreo constante y dinámico. “Sabemos que podríamos seguir ampliando los alcances y por eso estamos actualizando los GI-P y las mesas, las cuales tenemos seis organizadas sobre una amenaza puntual en el territorio nacional (sismo, amenaza volcánica, explosión demográfica de langostas, extremos hídricos, movimientos en masa, sequías meteorológicas y agrícolas). Además, hay un espacio de coordinación con los cuales delineamos objetivos de la red”, concluyó.
El panel contó la palabra de expertos los cuales expusieron aprendizajes a 10 años de la erupción del Complejo Volcánico Puyehue - Cordón Caulle. Primeramente, expuso el jefe de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica (RNVV) del Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile (SERNAGEOMIN), Álvaro Amigo Ramos, quien subrayó la importancia de la vigilancia volcánica en Chile iniciada en 1996 después de las erupciones de los volcanes Villarrica (1984), Lonquimay (1988-1989), Hudson (1991), Láscar (1993), Llaima (1994). Asimismo, manifestó que “la cadena volcánica andina es tan extensa que se requería un esfuerzo mayor en vigilancia. En el año 2009 ya teníamos el volcán Llaima (2007-2009) en erupción, luego, el Chaitén (2008-2009), donde se sintieron los efectos”. Uno de los problemas de la erupción del Chaitén fue detectar la intensidad de los parámetros de monitoreo para orientar y dar respuestas, esto sucedió antes de emitir la alerta y no hubo chance de acceder a la ventana de decisión. Bajo este contexto, fue creada la RNVV en 2009 y su validación fue sometida a prueba el 4 de junio de 2011 con la erupción del Cordón Caulle”. Según Amigo Ramos, el trabajo fue bastante bueno para determinar y dar las alertas. Entre las consecuencias se encuentran colapso de infraestructura, evacuación, inundaciones, lahar caliente, cambios en los cursos de ríos, caída de piroclastos y cierre del paso fronterizo Cardenal Samoré.
“Ahora hay alerta verde, normal. Se ha detectado un lacolito cerca del centro de emisión, es decir, presencia de magma (no todo el material de la erupción en 2011 fue emitido, quedó un remanente en la superficie). No se mueve, pero preocupa, estamos muy atentos a ver qué pasa con ese material. Es una zona que podría reactivarse en algún momento, es importante el trabajo en conjunto con el SEGEMAR, desde 2014 hacemos vigilancia conjunta en el volcán Lanin. Hay que avanzar en la colaboración estrecha”.
A su turno, el coordinador de la Mesa de Amenaza Volcánica de la Red GIRCyT y director del Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica del Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), Sebastián García, expresó que “estos fenómenos son lecciones aprendidas que hay que recordar. Los volcanes no respetan fronteras por eso es importante la cooperación”. El Complejo Volcánico Peyehue-Cordón Caulle tuvo una columna eruptiva de 5 km de ancho y 12.2 km de altura que se mantuvo sostenida por 27 horas. La fase explosiva duró aproximadamente hasta el 15 de junio y depositó abundante material sobre territorio argentino. Hubo una alerta temprana de SERNAGEOMIN tres horas antes que el volcán haga erupción. Las localidades estuvieron avisadas y organismos científico-tecnológicos participaron de la respuesta. “Se notó que había mucha información, pero desordenada para los tomadores de decisiones”.
La SEGEMAR durante la crisis hizo un relevamiento de la zona a fin de identificar y caracterizar el depósito de trefa, tareas de campo e informes diarios. El resultado fueron afecciones respiratorias, oculares, stress sobre la población, impactos en la aeronavegación, afectación en agricultura y ecosistemas, en la infraestructura eléctrica, suministro de agua, limpieza urbana, colapso de techos. “Las bases de datos comunes, actualizadas y georreferenciadas, en las que todos los actores implicados pueden acceder en tiempo real son fundamentales para la gestión de riesgo”, señaló.
Por su parte, la directora Nacional de Pronósticos y Servicios para la Sociedad del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), Claudia Campetella, realizó un breve recorrido por esa experiencia: “En ese momento hicimos vigilancia y observación de ceniza volcánica en la atmósfera por sensor remoto y por observatorio meteorológico. Elaboramos informes y productos para el sector aeronáutico, socio productivo, organismos de emergencias. No teníamos imágenes satelitales como ahora ni ningún modelo de dispersión de ceniza”.
“Una lección aprendida fue la importancia de tener una comunicación fluida desde la VAAC Buenos Aires (Centro de Avisos de Cenizas Volcánicas, que depende del SMN y es parte de una red internacional de observación), que hoy tenemos, y que los observadores meteorológicos estén entrenados para observaciones específicas para la aeronáutica. En estos 10 años, el SMN duplicó el personal en el área de vigilancia, VAAC Buenos Aires están certificados ISO 9001, entre otros logros. Sabemos de la importancia de la Red GIRCYT para que los organismos de emergencia y tomadores de decisión cuenten con la mejor información”, concluyó.
Participó también del panel el primer coordinador de la Ex-Comisión de Trabajo de Gestión de Riesgo de la Red GIRCYT (período 2012-2017), Miguel Martín, quien realizó una línea de tiempo hasta la conformación de la red.
El encuentro contará con la participación de referentes del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y el Programa de Investigaciones en Recursos Naturales y Ambiente (PIRNA - UBA), junto con especialistas de los ministerios nacionales de Ciencia, Tecnología e Innovación, y de Seguridad. Participarán, entre otros, el secretario de Articulación Federal de la Seguridad del Ministerio de Seguridad (MINSEG), Gabriel Fuks; las directoras del SMN, Celeste Saulo; del Programa de Investigaciones en Recursos Naturales y Ambiente (PIRNA), Claudia Natenzon.
Especialistas de la Red GIRCyT expondrán cómo la ciencia y la tecnología trabajan en la previsión de amenazas y el manejo de sus potenciales efectos en la vida cotidiana de la población. Participarán Martín Demaria, de la Subsecretaría de Protección Civil (MINSEG), y la responsable del Departamento de Meteorología y Sociedad (SMN), Julia Chasco.
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Tiene la misión de promover la generación, transferencia y sistematización de la información producida por las instituciones del sistema científico-tecnológico en materia de gestión integral de riesgos para ayudar a la toma de decisiones ante escenarios de amenazas. Busca facilitar la toma de decisiones basada en información y así reducir daños y preservar la salud integral de la población y su economía, la infraestructura pública, los procesos socio productivos y minimizar los efectos negativos sobre el ambiente.