Con los stocks agrícolas en descenso a nivel mundial, el mercado de granos comenzó a depender de lleno del weather market o mercado climático.
El clima afecta a casi todos los productos agrícolas, especialmente al maíz, la soja y el trigo. Los mercados climáticos, generalmente en el verano de América del Norte, tienden a generar una mayor volatilidad en los futuros de granos de Chicago, y los precios a menudo giran brusca y repentinamente en respuesta a un pronóstico actualizado.
Estados Unidos, uno de los principales productores de granos, ocupa la lista de países más afectados por condiciones climáticas adversas. En este marco, no son pocos los que esperan nuevos saltos alcistas ante el mínimo agravamiento del clima.
En tanto en Argentina la finalización de la siembra de invierno de cebada y trigo (resta alrededor del 12% de cada cultivo) se ve complicada por déficits de humedad que, de acuerdo a los pronósticos, se mantendrían lo que resta de la temporada en buena parte de la zona central de cultivos.
A esto hay que sumarle fuertes heladas similares a las de junio y algunos excesos hídricos, lo que pone en duda sobre el nivel de tecnología a utilizar.
Cabe recordar que, para mantener las perspectivas de buenos rindes, la intención de los productores para esta campaña es ajustar las técnicas de producción y la utilización de insumos -especialmente fertilizantes- en función de las condiciones climáticas.