La represa hidroeléctrica de Yacyretá generó 309.260 megawatts menos que hace un año. La sequía en el Paraná se convirtió en un problema inesperado para el Estado que obliga a importar gasoil como única salida para compensar la falta de energía. Por el menor caudal efluente la central funciona a menos de un tercio de su capacidad instalada.
El fenómeno climático pasó a ser una cuestión de Estado ya que representa una gran preocupación para las arcas del Tesoro. En un marco de bajante extrema del río Paraná, Yacyretá generó 789.416 megawatts (Mw) en junio, 309.260 megawatts menor a lo registrado en igual periodo de 2020.
Según lo informado por la propia compañía, en condiciones normales la central genera el 13% de la energía que consume la Argentina y el 45% de la energía hidroeléctrica total del país. Si bien todavía no puede estimarse el sobrecosto que tendrá la bajante, los especialistas pronostican que la sequía podría extenderse hasta diciembre.
A la importación de gas por parte de la secretaría de Energía se suman las manifestaciones en Vaca Muerta y la ola polar del mes pasado que implicaron un alza del consumo en relación al invierno anterior. No obstante y, a pesar del contexto adverso, la empresa argentino-paraguaya trabaja en una obra de ampliación de la central en el brazo Aña Cuá, que contará con tres turbinas para producir entre un 9 y un 20% de energía extra.