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a pesca con mosca o fly cast se caracteriza porque utiliza un señuelo artificial muy liviano, similar a un insecto o pequeño pez y, por causa de su poco peso, la línea cumple la función de llevar el conjunto al agua. Por eso es fundamental un buen lance. Esta modalidad gana siempre nuevos adeptos en todo el mundo y, si bien se utiliza tradicionalmente para la pesca de salmónidos en la mítica Patagonia, en temporada opuesta (fin del otoño, invierno, principio de la primavera) y también durante el verano se la practica con éxito en búsqueda de dorados, pira pitáes, chafalotes y tarariras en el Litoral. En el mar empezó a desarrollarse hace muy poco para la pesca de róbalos, pejerreyes, palometas, anchoas, pescadillas, pez limón, caballas y bonito. De esta forma es posible pescar con mosca todo el año en la Argentina.
La caña de mosca más sencilla para comenzar a lanzar es la de acción media a rápida. Una medida estándar es 2,70 metros. Viene en tres o cuatro tramos para su cómodo traslado. Si bien las cañas de bambú son una exquisitez de colección, en la actualidad el grafito ha superado a todos los materiales.
Las cañas se numeran de acuerdo con la línea que utilicen, generalmente del uno al quince, creciendo el guarismo en proporción a su potencia. Para la mayoría de las pescas que se realizan en el país, una caña seis-siete es la más acorde. Los pasahílos deben ser de buena calidad y, sobre todo, no ofrecer rebabas que traben la constante circulación de la línea.
El reel generalmente solo sirve para alojar la línea. Hay pocas pescas, como la del dorado en los ríos del noroeste, el Alto Paraná o Concordia, que exigen un reel con buen freno, presentes, por supuesto, en el mercado. La línea es gruesa, porque será la encargada de arrastrar el peso de la mosca y no ser arrastrada por él. Se fabrica con materiales de excelente calidad y se divide, según su conicidad, en:
Además, las líneas se dividen según su comportamiento en el agua, en líneas de flote (las más dóciles para empezar), de hundimiento y combinadas. A su vez, las líneas de hundimiento se clasifican según la velocidad con que profundizan: intermedia, slow sinking o (I), fast sinking o (II), extra fast sinking (III) y super fast sinking (IV). La primera casi no se hunde y la última lo hace como plomo, ubicándose las otras entre ambas.
El leader es la parte proximal del equipo y se confecciona rebajando, con fórmulas ya probadas, el diámetro del nailon en forma regular. Sin ningún tipo de aditamento se atará el extremo del leader a la mosca. El backing, generalmente de multifibra, dynema o nailon, es la continuación de la línea dentro del carrete. Se utiliza para casos en que peces grandes saquen demasiada línea en su veloz natación.
La cantidad de moscas en el mercado actual es amplísima. Para una clasificación corriente se las divide en secas, ninfas y estrímers. Las primeras son imitaciones de insectos que flotan en superficie; las segundas emulan los distintos estadios larvales de los insectos; las terceras semejan a pececillos y son usadas para capturar peces más grandes. El desarrollo de esta pesca ha llevado al atado (confección) de nuevas moscas como los tucancitos y poppers usados para la pesca de tarariras en superficie.
El atado de moscas le da un carácter distintivo a esta pesca, ya que es la única en que el pescador arma su propia carnada artificial. Por supuesto que también pueden comprarse moscas hechas e, incluso, como sucede también con los señuelos, hay moscas de colección, como las del salmón del Atlántico, que solo se utilizan para enmarcar y exponer.
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