Justin McMechan (Nebraska University) habló de plagas insectiles en planteos siempre verdes basados en la incorporación de cultivos de servicios (CS) como antecesores de maíz y soja.
“En los sistemas en Nebraska los CS se terminan normalmente de forma química con glifosato, y entre los objetivos buscados por los productores están el control de la erosión, la competencia con malezas - un problema cada vez más grave en la zona - y la reducción en el lixiviado de nitratos”.
En cuanto a las poblaciones de insectos en estos cultivos, McMechan explicó que no debe olvidarse que por un lado el objetivo es evitar el impacto de insectos plaga sobre el CS y los cultivos comerciales posteriores, y por el otro, promover el desarrollo de insectos beneficiosos.
Por ejemplo, el uso de centeno silvestre como CS favorece poblaciones de insectos benéficos que reducen el daño de plagas que afectan el crecimiento de raíces en maíz. Como antecesor de soja, favorece la presencia de depredadores naturales que reducen efectos del pulgón en la oleaginosa.
“Para lograr esto, hay varios elementos a tener en cuenta: las especies y mezclas de CS elegidas, la fecha de siembra, el cultivo comercial que sigue, la fecha y método de terminación del CS. Además influyen factores ambientales como el nivel de precipitaciones y temperatura”. Siguiendo con el ejemplo del pulgón en soja, los mayores efectos de control biológico se logran cuando el CS se termina de forma mecánica en lugar de química.
En cuanto al riesgo de extensión de plagas desde el cultivo de servicios hacia el comercial, McMechan explicó que este también varía en función de los elementos anteriores. Mencionó varios ejemplos: oruga grasienta, oruga militar verdadera, barrenador del tallo y chinches. “Se observa que las poblaciones de oruga militar aumentan mucho con la inclusión de CS, no así el barrenador del tallo”.
También se registró la aparición de nuevas plagas en estas rotaciones, como es el caso del gusano del tallo del trigo, la larva de la mosca del trigo: “este díptero afecta gramíneas de invierno como centeno y también al maíz entre V3 y V5, cuando mata el meristema de crecimiento produciendo espigas disfuncionales”.
“Observamos incidencia de esta plaga en casos donde el CS requirió varias aplicaciones químicas para su terminación, que terminó ocurriendo con el maíz ya emergido. Así, debe entenderse que hay una relación muy fuerte entre el riesgo de transmisión al cultivo comercial y variables como la fecha de siembra y de secado del CS.
Ante la necesidad de control químico de la plaga sería recomendable el uso de insecticidas selectivos para benéficos en CS o bien el uso de mezclas y combinaciones, aunque la realidad muestra que en general se opta por productos económicos de amplio espectro. En este sentido, agregó que la aplicación de insecticidas sobre CS tiene en general impactos adversos sobre la población de beneficios.
Al cierre, el especialista concluyó que el impacto de artrópodos en sistemas siempre verdes con el uso de CS se rige por interacciones complejas que dependen de múltiples factores y prácticas de manejo.
Remarcó la necesidad de generar nuevo conocimiento, desarrollar estudios de largo plazo y adecuar las estrategias de investigación de las poblaciones insectiles, ya que por ejemplo, los métodos de muestreo influyen en la interpretación de resultados
En cuanto a las recomendaciones a productores, puso el foco en los monitoreos frecuentes.
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