Por Lucrecia Degiorgis

Marisa Bircher, Lic. en Comercio Internacional, es secretaría para la Igualdad de Género del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Fue también secretaria de Comercio Exterior de la Nación y de Mercados Agroindustriales durante la presidencia de Mauricio Macri

Durante su gestión, lideró aperturas de mercados, el plan Argentina Exporta, el Acuerdo Mercosur - UE,  misiones comerciales y demás acciones para fomentar el comercio exterior. El objetivo fundamental fue agregar valor a las economías regionales, insertar a las Pymes en el mercado internacional y lograr el crecimiento y desarrollo de Argentina.

En una entrevista para Agroempresario.com, dialogamos con la Lic. Bircher sobre distintas temáticas apuntadas al sector agropecuario y al rol y liderazgo femenino en la sociedad.
 

- Actualmente te desempeñas como secretaria para la Igualdad de Género del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires pero estuviste vinculada muchos años al empoderamiento de las mujeres rurales y referentes de la Agroindustria, ¿en qué consistió ese trabajo?

Desde los distintos roles que me ha tocado desempeñar a lo largo de mi carrera en la función pública, primero como secretaria de Mercados Agroindustriales y luego como secretaria de Comercio Exterior, siempre ha sido un desafío formar parte de las mesas de decisión, sobre todo en sectores masculinizados como lo son el de la agroindustria y el mundo del comercio exterior. 

Desde la Secretaría de Mercados trabajamos fuertemente en brindar las herramientas necesarias para internacionalizar el rol de la mujer empresaria y emprendedora y en reforzar el papel de las mujeres en los mercados mundiales. Esto no podría haber sido posible sin el trabajo conjunto entre el sector público y privado, para lo cual trabajamos junto a una gran red de mujeres emprendedoras, mujeres exportadoras y mujeres representantes de distintos sectores productivos para generar capacidad y fomentar la cultura exportadora. Asistir y asesorar a mujeres emprendedoras, que se involucren en el mundo productivo en pos de lograr la consolidación de sus productos en el exterior, fue un eje fundamental de esa gestión. 

El comercio exterior es otro mundo repleto de oportunidades para las mujeres. Son muchas las razones que explican la representación insuficiente de las empresas pertenecientes a mujeres en el comercio internacional. A menudo, los obstáculos culturales y regulatorios hacen que a las mujeres les resulte difícil crear o dirigir una empresa, pero hoy puedo decir que nos encontramos frente a un nuevo paradigma en el que la facilitación al acceso de información de mercado, el acceso a redes de compradores, la creación de capacidad, la capacitación en comercio internacional y la generación de oportunidades de negocios, se tiene como resultado un espacio cada vez más inclusivo y receptor de mujeres. 

El mundo del comercio exterior es un espacio liderado mayormente por hombres, y esto se replica en el plano nacional. Según la ITC, cerca del 40% de las PyME en todo el mundo son empresas de mujeres pero solo una de cada cinco empresas exportadoras está liderada por mujeres emprendedoras. En el caso de Argentina, según una encuesta a nivel nacional realizada por CAME (2019), solo el 2,2% de las empresas lideradas por mujeres había exportado en ese año. Cuando se mira el comportamiento histórico de las empresas lideradas por mujeres solo el 9,5% exportó alguna vez mientras que en el caso de los hombres este porcentaje alcanza el 21%.

Durante esta gestión trabajamos en fomentar la capacidad exportadora de las mujeres, brindándole herramientas para poder salir con sus productos a los mercados internacionales. Abrimos más de 150 mercados, y acompañamos esta gestión con negociaciones internacionales, promoviendo beneficios para las mujeres en los acuerdos comerciales. 

Desde que comenzaste a empaparte en el tema, a la actualidad, ¿qué cambios de paradigmas observas?

En todos los ámbitos, desde la política, los medios, las cámaras empresarias o el deporte, hasta en los negocios, que pocos años atrás eran espacios exclusivos de los hombres, de a poco vamos logrando cambios y generando igualdad de oportunidades. 

Hoy hay claros ejemplos de liderazgos feminismos en altos rangos de decisión: la vicepresidente de EE.UU, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, la secretaria ejecutiva de la CEPAL, y también podemos hablar del legado que deja Ángela Merkel. A su vez, tenemos empresas internacionales de industrias duras que eligen a una mujer para liderar sus proyectos, o medios digitales que empiezan a incluir en sus equipos a editoras de género. 

De a poco estamos cambiando esta lógica. Creo que este nuevo protagonismo que estamos teniendo las mujeres, es clave para poder abrir caminos en sectores que históricamente fueron masculinizados.

¿Realmente es un sector más masculinizado que otros?

Hay sectores históricamente masculinizados que son barreras para las mujeres. Tenemos que verlos y entenderlos como años y años de una cultura completamente distinta a la actual, y ese es el desafío a revertir que tenemos. Por eso, es clave que podamos derribar esos techos y formarnos en esos sectores, pero también es importante que haya un cambio de mirada por parte de aquellos que ya están inmersos ahí. 

Sabemos que es un trabajo que lleva su tiempo, que no se da de un día para el otro. Por eso, desde la Secretaría para la Igualdad de Género de GCBA articulamos con todas las áreas de Gobierno y actores externos para que todo proyecto, servicio y política pública, tenga perspectiva de género.

Muchas veces se dice que la designación por cupos y no por capacidades es discriminatoria, ¿cuál es tu opinión al respecto?

Es fundamental incorporar la perspectiva de género en todas las políticas públicas. La mayoría de los programas y políticas no son neutrales en términos de género. Por ejemplo, no es la misma forma y uso que le dan al transporte público las mujeres y los hombres. Es necesario que dentro de cada ministerio se piensen las políticas públicas teniendo en cuenta las preocupaciones y experiencias de las mujeres, así como la de los hombres. La transversalidad plantea la necesidad de incorporar temas, visiones, enfoques con perspectiva de género a las políticas públicas que implementan los ministerios, a la vez que toda la estructura de gobierno comparta sinérgicamente la consecución de un objetivo común.

No existe una respuesta única a las diferentes problemáticas que enfrentan las mujeres. El cupo simplemente es una alternativa o estrategia entre muchas que se suelen utilizar. Es en base a un diagnóstico con perspectiva de género que podremos identificar cuál es la mejor alternativa o herramienta para reducir las brechas existentes. Las opciones son múltiples y varían según el problema: formación, campaña de sensibilización, créditos, programas de mentoreo y acompañamiento, obras públicas adaptadas a las necesidades de las mujeres (por ejemplo la iluminación de paradas de colectivo), cupos, desarrollo de espacios de cuidados, entre otras. 

- La Red de Mujeres Rurales surgió a partir de W20 y hoy está compuesta por cientos de mujeres que interactúan, ¿Argentina es vanguardista en este tema o es un fenómeno que se da a nivel mundial?

Creo que es algo que se está dando a nivel mundial y que por suerte se va contagiando de un lado a otro. Estamos en un momento sumamente positivo en cuanto a la temática porque tal como decía anteriormente, hoy las mujeres estamos en lugares que antes no estábamos. Por ejemplo, por primera vez los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) han acordado elegir a Ngozi Okonjo-Iweala (Nigeria) como directora general de la Organización. Esto es doblemente histórico ya que se convirtió en la primera mujer y la primera persona africana elegida para ese puesto.

Más allá de estos enormes cambios, todavía es indispensable seguir trabajando y acompañando para que todo proyecto, servicio y política pública tenga perspectiva de género. 

- Con políticas de  igualdad  sin dudas se logra desarrollo económico y social, ¿en qué consistirían esas políticas tanto a nivel nacional como para el ámbito rural?

Desde la SIG trabajamos para lograr ser una ciudad igualitaria donde el género no sea una limitante para prosperar en el mercado laboral e incluirse en los sectores más dinámicos de la economía, vivir una vida sin violencia y con pleno acceso a la salud, asumir posiciones de liderazgo en los ámbitos público, privado y comunitario, y generar oportunidades a futuro atendiendo las necesidades  del presente. Para lograr eso sabemos que las mujeres tienen que hacer frente a varias cuestiones, por eso es primordial que exista una corresponsabilidad en las tareas de cuidados ya que actualmente las mujeres dedican en promedio 5 hs diarias a esto (2 hs más que los varones), acceso a formación en sectores históricamente masculinizados y la posibilidad de acercarse e ingresar a esos espacios de manera formal.

Más allá de eso, a nivel local, la Ciudad de Buenos Aires es pionera en la implementación de políticas públicas con perspectiva de género, hace más de 30 años, desde la creación de la Dirección de la Mujer, trabaja en la elaboración de políticas con foco en las mujeres como protagonistas del desarrollo de la Ciudad. 

- ¿La educación es fundamental para revertir esta situación?

La educación es fundamental pero no suficiente. Sin dudas que educarnos con perspectiva de género ayuda a que las oportunidades crezcan por igual tanto para varones como mujeres, pero también es necesario formular políticas públicas que acompañen las currículas educativas. La estrategia tiene que ser global para poder llegar a todos los sectores.

Un punto interesante a la hora de hablar de educación y formación es que según el último informe de PWC, a mayor nivel educativo mayor la brecha. Pues, la brecha salarial en personas

con títulos universitarios y de postgrado es de 25,68% mientras que en secundario y primario es de 15,76%. Esto quiere decir que si bien el acceso a la educación de ambos géneros es bastante similar, la brecha salarial sigue siendo bastante amplia.

- ¿Cuál es el impacto a nivel social de una mujer que logra capacitarse y emprender?

La incorporación de las mujeres en el ámbito laboral y productivo tiene un impulso en la economía en general. Más emprendedoras implica más producción, más empleo y más valor agregado. Una muestra de esto son los avances alcanzados en los últimos 30 años, ya que en la década del 90 las tasas de participación de las mujeres en el mercado de trabajo no llegaban al 37% y actualmente supera el 48%, lo que implica que miles de mujeres pudieron sumarse al mercado laboral formal.

Además, cuando una mujer logra capacitarse y emprender, o llega a un sector que antes era imposible, implica una barrera menos. Es un gran paso que repercute en toda la sociedad, porque ese logro no solo se traduce en su autonomía económica sino que mejora la vida de aquellos que la rodean. Esto es, porque ese impacto positivo contagia. Creo que es fundamental seguir impulsando espacios que sirvan de red para que más mujeres puedan cumplir sus metas.