Uruguay duplicó sus colocaciones de leche en polvo en el mercado chino para transformarse en el segundo proveedor del producto, mientras que Australia quedó en segundo lugar y Países Bajos en cuarto.
Las importaciones de productos lácteos de China vienen creciendo significativamente en los últimos ocho años (salvo en la crisis de 2015) a una tasa acumulativa del 9,6% anual. Y esa tendencia se intensificó más aún en 2021.
En los primeros diez meses de 2021 las importaciones de productos lácteos de China crecieron de manera interanual el 22,9% en volumen de productos y un 28,0% si la medición se hace en base litros de leche equivalente, según datos oficiales chinos recopilados por la consultora italiana CLAL y recopilados por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA).
Entre enero y octubre de este año las importaciones chinas de lácteas sumaron 12.525 millones de dólares, de los cuales 4000 millones corresponden a leche en polvo (entera + descremada) y 3567 millones a fórmulas infantiles.
Con los niveles actuales de importaciones, China compra casi el 25% de lo que se comercializa en el mercado mundial de leche, que tiene un volumen de aproximadamente 85.000 millones de litros equivalentes si no se incluye el comercio entre los países miembros de la Unión Europea (UE-27).
China es el principal importador mundial de leche en polvo entera y su principal proveedor es Nueva Zelanda, quien ostenta el 89% de participación de ese producto en el gigante asiático en el período enero-octubre del 2021.
Hasta hace algún tiempo el segundo proveedor de leche en polvo era Australia, pero, luego de un enfrentamiento político entre los gobiernos de ambas naciones, China comenzó a restringir el ingreso de diversos productos agroindustriales australianos.
Argentina, debido al “cepo” exportador aplicado por el gobierno de Alberto Fernández, no pudo aprovechar la oportunidad, dado que las ventas externas de lácteos –entre muchos otros productos agroindustriales– están reguladas por las autoridades.