El ingreso masivo de ovinos en el partido de Patagones a partir de 2010 generó serios inconvenientes en el control de enfermedades parasitarias, como la sarna provocada por el Psoroptes ovis y la pediculosis por el piojo masticador Bovicola ovis.
En el caso de la pediculosis, los productos inyectables no tienen efecto sobre el parasito, ya que este se alimenta de descamaciones y exudados de la piel, lo que genera irritación y picazón en el andar del animal. “Esta parasitosis genera importantes pérdidas en los sistemas, ya que los animales dedican gran parte de su tiempo al rascado, por el intenso prurito que provoca”, expresó Martin Abad –extensionista del INTA Patagones–.
El tratamiento más efectivo para el control de la pediculosis es el que se realiza posterior a la esquila, ya que, con el vellón se va un alto porcentaje de piojos y huevos, quedando sobre el animal una población debilitada.
Se recomienda el uso de productos para aplicación pour on, baño por inmersión o por aspersión, siendo este último, el más rápido, efectivo y económico, ya que se utiliza una cantidad de agua y de producto menor. El aparato se coloca en el extremo de la manga y el animal, al pasar, es bañado con lluvia de antiparasitario que lo moja totalmente.
“En el mercado existen equipos para baño por aspersión portátiles para el control de la pediculosis, con sistemas complejos de activación automática, que se ponen en marcha cuando el animal va pasando. La mayoría de estos no se fabrican en Argentina, por lo que son difíciles de obtener y muy costosos”, señaló Abad.
Con la necesidad de crear un equipo eficaz, accesible y de fácil construcción, en la Agencia de Extensión Rural del INTA Patagones se desarrolló un módulo para aspersión similar a uno fabricado en Uruguay, con la particularidad de que el complejo sistema de activación que tenía fue reemplazado por una palanca manual.
Otra de las modificaciones que se le realizaron, es una bandeja que se coloca debajo del módulo para recuperar el líquido con antiparasitario excedente, es decir, que no quedó en la lana del animal. Si bien el remanente es escaso, cuando la bandeja se llena, la solución es succionada por el sistema mediante un circuito que lo une a la bomba inyectora, lo que permite disminuir el derrame a su máxima expresión.
En torno al funcionamiento, el especialista explicó que “cuando el animal pasa, el operario tracciona la palanca, la válvula se abre y descarga un promedio de 2,5 litros del antiparasitario”.
El módulo de aspersión para ovinos arrojó los resultados esperados durante las pruebas realizadas, por lo tanto, “fue incorporado en el territorio como un método efectivo para el tratamiento de la pediculosis en ovinos”, puntualizó Abad.
Durante 2016 se realizaron ajustes en el aparato para probar la eficacia de los tratamientos. Se evaluaron alrededor de 4000 animales en seis establecimientos agropecuarios con el asesoramiento de especialistas en parasitosis del INTA Bariloche –Río Negro–.
Aplicaron un protocolo que consistió en identificar al azar a 10 animales del lote con caravanas, realizarles una medición del largo de la mecha y un conteo de la carga parasitaria inicial en transectos de 10 centímetros en 12 lugares del animal (6 de cada lado). A las 48 horas de realizado el primer tratamiento, a los animales testigo se les efectuó un nuevo conteo para evaluar la eficacia del mismo, tarea que se repitió a los 15 días.
Las pruebas, a su vez, sirvieron para ver qué antiparasitarios eran más eficaces. Los resultados arrojaron que la combinación de cipermetrina y clorpirifos eliminaba la totalidad de los piojos adultos presentes al momento del tratamiento.
Luego de los ensayos, una metalúrgica de General Pico en La Pampa, se interesó en la fabricación del módulo, por lo que se le brindo toda la información generada, y es actualmente la empresa que lo fabrica en el país.
INTA