entro de cada uno de estos grupos o familias se incluyen especies de plantas que comparten características básicas, como por ejemplo, tipo de hoja y de flor, hábitat en el que se desarrollan, etcétera. Una de las más elegantes es la que se conoce como Liliaceae.
Puede que ese nombre te recuerde a otro, a de los lirios (Lilium), y con razón. De hecho, estas plantas bulbosas forman parte de la familia. Pero no son las únicas. Conócelas.
Se trata de una serie de plantas herbáceas, a menudo bulbosas o, más rara vez, rizomatosas, que suelen producir flores grandes de colores vistosos, compuestas pos seis pétalos, seis estambres y un ovario agrupadas en inflorescencias terminales. Las hojas son espiraladas o verticiladas, con disposición alterna, simples y con los nervios paralelos.
Los frutos son cápsulas, o rara vez bayas. En su interior contienen semillas planas, con forma de disco o globosa. Sin embargo, en cultivo solo se reproducen de manera sexual (utilizando sus semillas) cuando se busca crear nuevos híbridos, o cuando se quiere adquirir experiencia cuidando de una liliácea desde el principio.
Las bulbosas producen ‘bulbitos’ tras la floración. Estos, al alcanzar un tamaño de al menos 1-2 centímetros, se pueden separar de la planta madre (o para ser más específicos, del ‘bulbo-madre’) y plantar en otras macetas o en otras zonas del jardín.
Y en el caso de que lo que se quiera sea dividir las rizomatosas, se procede a extraerlas del suelo o de los recipientes en otoño o invierno, siempre que estén en plena temporada de reposo, limpiar las raíces con un poco de agua, y cortarlas procurando que cada trozo tenga al menos un punto de crecimiento (una protuberancia, por la cual brotarán las hojas).
Las especies de las familias de las Liliaceae son originarias de las regiones templadas del hemisferio norte, pero son mucho más abundantes en el sudoeste de Asia. Viven en praderas, las cuales visten cada primavera de preciosas flores que serán polinizadas por abejas, mariposas, y otros insectos que se alimentan de polen o néctar.
El Lilium candidum es una bulbosa. Se le conoce como lirio o azucena, es una bulbosa originaria de Siria y Palestina. De su bulbo brota un tallo herbáceo con hojas lanceoladas y verdes de hasta 1 metro de altura, y de su extremo surgen las flores cada primavera. Estas son de color blanco, hermafroditas, y producen néctar. El fruto es una cápsula con semillas de color marrón claro.
Conocida como la corona imperial, es una bulbosa nativa de Irán, Afganistán, Pakistán, Turquía y de los Himalayas. Sus tallos herbáceos alcanzan una altura de alrededor de 1 metro, y de ellos surgen hojas lanceoladas de color verde brillante. Las flores aparecen en primavera, en abril-mayo en el hemisferio norte, y son de color rojo, amarillo o naranja.
El Tulipa gesneriana es una bulbosa. Se le llama tulipán de jardín, y es una especie de plantas bulbosas originaria de Asia. La mayoría de los cultivares de tulipanes que se venden provienen de los cruces con esta especie. De su bulbo brotan hojas anchas, de hasta 3 centímetros, acabadas en punta y de un color verde oscuro brillante muy bonito. Las flores son grandes y de colores diversos, aunque son más frecuentes el rojo y el amarillo.
El Prosartes hookeri es una planta rizomatosa. Es una especie de planta rizomatosa originaria de Norteamérica, en concreto es nativa de California. Su altura no supera los 20 centímetros, y desarrolla hojas anchas y ovaladas de color verde. Sus flores son acampanadas, blancas, y brotan en primavera. El fruto es una baya naranja o roja de alrededor de un centímetro de ancho.
La Clintonia uniflora es una rizomatosa liliácea. Es una especie de planta rizomatosa nativa del oeste de América del Norte. Desarrolla únicamente 2-3 hojas anchas y muy largas, de color verde oscuro. Sus flores son blancas y pequeñas. El fruto es una baya redonda y azulada de un centímetro de ancho.
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