Desde hace tres años que la bajante del río Paraná se mantiene, y el impacto en el sector agroexportador no fue menor.
En enero de 2022 llegó a estar casi 50 centímetros por debajo del nivel cero. No obstante, la tendencia se revirtió y hoy el nivel es cercano a dos metros, igualmente, no es suficiente para evitar sobrecostos por el menor nivel de agua.
“La perspectiva climática de cara a los próximos meses sigue siendo desfavorable, con precipitaciones por debajo de los promedios históricos en las zonas que tributan al caudal del Paraná, y con posibilidad de que vuelva a darse una condición de escasez de agua”, concluyó la BCR.
Desde la BCR señalaron que estos costos no son afrontados solamente por el sector exportador, sino que son trasladados a toda la cadena productiva y comercial de la agroindustria nacional. Además, agregaron que afecta a la rentabilidad y la competitividad.
Falso flete, costo por completar el barco en otro puerto y la prima del precio FOB son los principales factores que debe afrontar el sector exportador. Según las estimaciones de la BCR, el complejo agroindustrial-exportador asumió pérdidas por US $138.247.708 debido al falso flete producido por la bajante.