De cara a la nueva campaña de siembra de trigo 2022-2023, el sector privado proyecta una disminución de la superficie cultivada y una merma en la producción del cereal. La nueva campaña de trigo se dará en un contexto complejo a causa de la guerra entre Rusia y Ucrania, dos grandes productores del cereal que llevaron los precios del commodity a niveles históricamente altos. Los fuertes incrementos en los principales insumos agrícolas también serían un condicionante.
En este marco, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) dio su primera proyección de siembra y cosecha de trigo, en la que estimó una reducción de 1,5% en la superficie cultivada -equivalente a una merma de 100.000 hectáreas respecto a la temporada anterior. En la misma línea, la producción podría caer 8,5%, con un volumen total de 20,5 millones de toneladas, 1,9 millones de toneladas menos respecto que en la campaña 2021-2022.
Según la entidad, una de las principales causantes de la baja proyectada sería la de un menor uso de tecnología, debido al incremento en los precios. La campaña podría presentar limitaciones en el uso de algunos insumos clave, como fertilizantes, lo que afectaría negativamente los rendimientos.