En toda la Región Núcleo se desarrollaron eventos erráticos y aislados. Si bien los acumulados no fueron demasiado significativos, al darse de manera discontinua, provocaron toda una semana de humedad en la región.
“Es probable que La Niña continúe durante el invierno (59 % de probabilidad durante junio - agosto de 2022), con un 50-55 % de probabilidad que se mantenga durante la primavera en Argentina”, comenta José Luis Aiello, Dr. en Cs. Atmosféricas.
Serían 160.000 hectáreas menos respecto a las 1,7 M de ha implantadas en el 2021. Y podría caer más: “si no llueven los 100 mm que faltan para arrancar con un perfil de suelo cargado razonablemente, la caída en la intención de siembra podría ser mayor”, advierten desde Bigand.
En la región hay productores que siguen esperando y tratando de no bajarse del trigo y otros que no dudan en señalar una caída del 15% respecto a las hectáreas sembradas un año atrás.
El Trébol, Carlos Pellegrini y Cañada Rosquín intentarán mantener la misma superficie de la campaña pasada. Bigand caería entre un 5 y un 10% con la esperanza puesta en que las lluvias de la última quincena de abril y la primera de mayo resuelvan la faltante de milímetros. En Cañada de Gómez bajaría un 10%, en Marcos Juárez un 15% y en Pergamino entre un 10 a 20%.
¿Cuáles son las causas? La persistencia de déficit hídrico, la amenaza de clima seco a la salida del invierno y la posibilidad de una nueva Niña, la pérdida de competitividad del trigo frente a otros cultivos y la suba que no dudan en calificar de récord en la relación insumos/productos, especialmente en fertilizantes.
“Este año, el trigo es una cuestión cantidad, por las hectáreas que se implanten, pero también de calidad. El nivel tecnológico va a ser muy diferente al que se venía usando”, comentan los técnicos del área.
Por un lado, los arrancadores a utilizar, tanto en trigo como en maíz, serán de calidad inferior. “Se dejarán de lado los productos más completos, para utilizar otros con menos nutrientes. La nutrición del cultivo va a bajar de calidad”, dicen.
Por otro lado, “la fertilización nitrogenada que venía en aumento, acomodándose a las necesidades reales de los suelos y los cultivos, retrocederá a valores que no se veían en los últimos años. En esta campaña, la dosis no alcanzará para cubrir los requerimientos y obtener el potencial del cultivo”.
El porqué de esto es claro: “elevados y exagerados costos”, coinciden en señalar en la región los técnicos. Se estima que la dosis media de fertilización con urea podría caer hasta un 20% en la región pudiendo disminuir en hasta 10 qq/ha los rindes potenciales.
Durante la última semana de abril se registraron lluvias que promediaron 8,5 mm en la región. Muchos sectores no registraron milímetros. Otros alcanzaron los 20 mm, como Carlos Pellegrini, (centro sur de Santa Fe), Zavalla (sur provincial), y Colonia Almada (este de Córdoba).
“Las lluvias con las que cerró la primera quincena de abril prevalecieron sobre la franja este de la zona núcleo, pero con un gradiente negativo que se va acentuando hacia el oeste de la provincia de Córdoba”, señala Aiello.
“Si bien las precipitaciones continuaron de forma intermitente durante toda la semana, no indicaron un claro cambio de esa tendencia antes de mayo, momento en el que normalmente las lluvias comienzan su retracción estacional”.
Falta un 15% del maíz temprano por recolectar. El centro sur de Santa Fe lleva la delantera, quedando muy pocos lotes por cosechar.
El rinde promedio por ahora sigue en los 73 qq/ha pero sigue en la cuerda floja ante los rindes que no levanten de nivel.
Hacia el sur provincial, resta un poco más del 20%.
En Bigand el rinde medio es de 60 qq/ha.
El sudeste cordobés lleva levantado el 85% del área, con un rinde promedio de 105 qq/ha en Marcos Juárez.
Mientras que en el noreste bonaerense queda el 30% de los lotes y en el noroeste aún falta recolectar la mitad del maíz temprano.
Los rindes promedian de 50 qq/ha a 85 qq/ha, respectivamente.
De soja de primera resta solo un 10% por cosechar y el rinde promedio superaría los 35 qq/ha que se estiman como promedio de la región.
Los rindes medios van de 25 qq/ha en el sudeste de Santa Fe a 45 qq/ha, en el centro sur santafesino y el noroeste bonaerense.
La cosecha de la oleaginosa de fecha tardía lleva un avance del 35% y hacia el sur de la región se perciben los efectos de la helada de fines de marzo.
En Bigand, se calcula una pérdida del rinde de 3 quintales, estimándose una media de 17 qq/ha.
En Pergamino, la perdida es de 2 quintales, promediándose 28 qq/ha.
En el centro sur de Santa Fe el daño fue menor.
En Carlos Pellegrini y El Trébol los rindes de soja de segunda alcanzarían los 40 qq/ha, casi como los de primera.
BOLSA DE COMERCIO DE ROSARIO (BCR)