En agosto, el trigo sembrado en la provincia empeoró su estado general respecto a julio, disminuyendo la proporción de lotes en condiciones buenas, muy buenas y excelentes, y aumentando las regulares y malas. El cereal enfrenta estrés hídrico generalizado por falta de agua, sumado a estrés térmico por heladas que generó daños considerables en distintos puntos de la provincia, señaló la Bolsa de Cereales de Córdoba en un reciente reporte.
Además, alrededor del 40 % de los colaboradores del Departamento de Información Agronómica de la Bolsa de Cereales de Córdoba indicaron la presencia de arañuela del trigo (Penthaleus major) y pulgón verde de los cereales (Schizaphis graminum), ambos con incidencia entre baja y media.
En cuanto a enfermedades, se reportaron roya anaranjada o de la hoja (Puccinia triticina) y mancha amarilla (Drechslera tritici-repentis), también en baja incidencia.
El 14 % de los lotes continúa en macollaje y el 86 % se encuentra elongando el tallo (encañazón). Es en esta última etapa cuando se produce el crecimiento de los tallos y comienza la formación de las espigas.
Este período comienza a ser clave ya que se establece el número de granos por unidad de superficie, siendo esta variable el principal componente del rendimiento.
Finalizando agosto, el 65 % del garbanzo presentaba un estado general de bueno a excelente, mientras que el 35 % restante entre regular y malo. Al igual que el trigo, la leguminosa empeoró sus condiciones ya que también se encuentra sufriendo la falta de agua y el estrés térmico leve por heladas, en adición a la presencia del complejo de hongos del suelo (Fusarium y Rhizoctonia) en baja incidencia.
El cultivo se encontraba en su mayoría en la etapa de inicio de floración, comenzando así el período crítico para la definición del rendimiento. Esto indica que, de continuar el estrés, los rindes podrían verse afectados.
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