xiste un elemento esencial a la hora de tener un jardín perfecto: las mariposas. Su presencia en el jardín siempre es agradable y bienvenida. Para que su visita no sea fugaz, hay que generar un espacio poco ventoso, con zonas húmedas y soleadas, e incorporar plantas para que las mariposas puedan alimentarse (nectaríferas) y donde puedan poner sus huevos (hospederas).
Bacchais notosergila, Baccharis trimera y Baccharis spicata funcionan bien en maceta, a pleno sol y con viento. Además, florecen a fines del verano y en otoño, atrayendo muchísimas mariposas.
De este trío de árboles, la spicata, también conocido como chilca amarga, es la más alta. Tiene flores chiquitas color crema y follaje verde oscuro. La notosergila tiene un follaje verde seco y, cuando florece, se llena de pomponcitos blancos. En tanto, la trimera o carqueja, de propiedades hepatoprotectoras y digestivas, tiene la particularidad de tener hojas aladas, cuyas puntas van en degradé, del verde fuerte al verde limón, lo que les da el aspecto de algas marinas.
Las texturas y tonalidades de las tres las convierten en especies muy combinables entre sí. En la base podría sumarse alguna otra nativa rastrera, como la Glandularia pulchella (margarita morada) de flores lila, que también le gusta a las mariposas. Si queda alguna maceta chica dando vueltas por ahí, podemos plantar Zephyranthes candida que, al principio del otoño, se llena de flores blancas con forma de estrella.