La industria de la maquinaria agrícola es muy importante a nivel económico y social para muchas localidades de las provincias de Córdoba y Santa Fe, donde se encuentran diseminadas la mayoría de las fábricas, aunque el rubro en menor medida también se distribuye en Buenos Aires y Entre Ríos.
Este sector es otro de los que sufre “complicaciones muy serias” por las autorizaciones para que ingresen importaciones. Los trámites burocráticos insumen “mucho tiempo”. A estos problemas, desde octubre se suma una caída en las ventas por la suba de tasas de interés y las expectativas negativas que genera la sequía.
Si bien para los fabricantes de maquinaria agrícola los problemas llevan meses, desde octubre cuando entró en vigencia el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), que reemplazó las SIRI, no se resolvieron.
Por lo tanto, esta problemática situación de las importaciones, generó una fuerte crítica de la Asociación de Fabricantes de Maquinaria Agrícola y Agrocomponentes de Córdoba (Afamac).
“Los trámites burocráticos insumen mucho tiempo”
“Déjennos que desarrollemos nuevos productos y salgamos a competir al mundo y no que perdamos horas y horas llenando planillas. Nos tenemos que dedicar a lo que sabemos hacer, que es trabajar”, resumió Luciana Mengo, que esta semana renovó por dos años su cargo como presidenta de la Asociación de Fabricantes de Maquinaria Agrícola y Agrocomponentes de Córdoba (Afamac).
“Está totalmente congelado; no hay aperturas para insumos esenciales. Son muchos los componentes que se necesitan y todo está trabado”, enfatizó.
La empresaria subrayó que los problemas son “transversales” a toda la industria y cadenas. En la maquinaria agrícola hay inconvenientes para conseguir repuestos para líneas de producción. Por la falta de partes, también hay equipos finalizados pero que no se pueden entregar porque les resta incluir una pieza.
“En el caso de rodamientos especiales, cuando salen los permisos lo hacen con pagos a 180 días, un plazo que ningún proveedor financia. También hay demoras en la nacionalización una vez que las partes llegan a la Argentina. Los trámites burocráticos insumen mucho tiempo”, ejemplificó.
En consecuencia, la presidenta de Afamac explicó que se complican los compromisos, se rompe la confianza con los clientes, porque no se pueden cumplir los contratos de exportación.
“La inteligencia comercial requiere años de esfuerzos para después no poder hacer un envío porque falta un importado. Importamos por dos y exportamos por 20, ingresan divisas para el país, pero eso no parece importar”, lamentó.
“Parece no haber espacio para los reclamos del interior, de los pueblos de 20.000 habitantes donde hay fábricas que emplean a toda la comunidad y dan trabajo a localidades vecinas. Si seguimos así vamos a impactar en el pleno empleo que existe”, sentenció Mengo.
ABC Rural