Los cítricos australes, al igual que las restantes frutas, sufrieron bajo la crisis mundial desatada con la pandemia y el conflicto bélico. Los incrementos de costos, complicaciones logísticas y la caída del consumo se han globalizado. Pero no todos los países lo vivieron de la misma manera. Esta vez fueron los cítricos de Sudamérica los más afectados. A las complicaciones nombradas, se sumaron adversidades climáticas (seca, heladas, temperaturas extremas) y situaciones internas complejas en los diferentes países.
Las exportaciones sudamericanas cayeron a los niveles más bajos de los últimos 5 años. Tanto el limón, como los cítricos dulces, registraron esta merma. En contraposición Sudáfrica finalizó el año con un nuevo récord exportador, gracias a un buen clima y una relación cambiaria muy favorable. Este año no se vivió la intensa sequía, ni las temperaturas extremas o tormentas, que afectaron otras campañas. Gracias a esto su exportación citrícola alcanzó por primera vez las 2,3 millones de toneladas, superando así las 1,8-2 millones de los últimos dos años. Se registraron récords en la exportación de limón, mandarina y naranja. Solo en el pomelo la evolución no fue tan exitosa, exportándose algo menos que en otros años.
Es el gigante de las naranjas, siendo el segundo exportador mundial, después de Egipto. Este año alcanzó un nuevo récord, superando las 1,1 millones de toneladas. En campañas previas las exportaciones se ubicaron cerca del millón de toneladas. En caso del limón Sudáfrica registró un crecimiento casi exponencial. En 5 años duplicó sus exportaciones, alcanzando en la actual campaña el medio millón de toneladas. Con este volumen se ubica en el tercer puesto mundial, luego de España y Turquía. También para las mandarinas Sudáfrica registró un crecimiento vertiginoso, duplicando sus exportaciones en 5 años. En la campaña 2022 alcanzó las 465.000 tons.
Ante el fuerte aumento que se dio en Sudáfrica, en contraposición con la reducción de Sudamérica, el país africano aportó el 50% de las exportaciones australes de mandarinas, el 60% del limón y el 80% de naranjas.
Los dos grandes mercados de Sudáfrica, son Europa y Asia, destinándose a cada uno aproximadamente el 40% de sus envíos. A ambas regiones envió mayores volúmenes que en el 2021. Como tercer destino se está cristalizando cada vez más Norteamérica. Fue esta región la que más creció en la actual campaña (+35%). Otro destino importante es Europa del Este. A pesar del conflicto bélico Sudáfrica logró despachar a Rusia mayores volúmenes que en el 2021.
Fue un año muy difícil para la citricultura argentina. A la complicada situación internacional, se suman los problemas internos a los que se enfrenta el sector hace varios años; incremento de los costos internos, una relación cambiaria desfavorable y falta de competitividad.
El limón sigue siendo el producto estrella de la fruticultura argentina y a pesar de las dificultades internas y externas se logró exportar un volumen similar al de años previos (260.000 tons). Este año Tucumán contó con una abundante cosecha de buena calidad y sanidad, por lo cual hubo suficiente volumen exportable. Pero no fue fácil ubicarlo. La campaña se inició con las dificultades que impuso la guerra al comercio con Rusia. Estas se lograron superar, pudiendo enviarse volúmenes similares a los del 2021. El mercado europeo se mostró al principio favorable, ante la menor cosecha del limón de verano español. Pero los voluminosos envíos australes no encontraron suficiente salida, los precios cayeron rápidamente, haciendo poco redituable el negocio. Esta fue la razón por la cual Argentina finalizó anticipadamente su campaña. Similar situación se vivió en los EEUU. La campaña se inició correctamente, pero luego los precios cayeron a niveles muy bajos.
Para los cítricos dulces la campaña se presento compleja, ya que en estos Argentina no tiene las ventajas competitivas del limón. La guerra rusa-ucraniana, los mayores costos de los fletes, elevados aranceles y exigencias fitosanitarias limitaron los envíos. En las mandarinas la campaña finalizó con una exportación de 33.500 tons y en las naranjas de 62.000 tons, un 25-30% menos que en el 2021.
Fue una de las temporadas más difíciles para la citricultura chilena, en la cual las exportaciones cayeron al nivel más bajo de los últimos años. Esto se debió a la ocurrencia de fuertes heladas al iniciarse la campaña. A esto se sumó la seca, los incrementos de costos y problemas logísticos. El cítrico más afectado fue el limón. De las habituales casi 100.000 tons exportadas, se alcanzaron solo 54.000 tons. A las mermas por las heladas se sumaron mercados externos complicados, que pagaban precios bajos. En las mandarinas se exportaron unas 130.000 tons, un 30% menos que en las dos últimas campañas. La merma se dio tanto para las Clementinas, como para las Murcott. En las primeras el mayor problema fue la sequía, en las Murcott las heladas. De las naranjas se exportó un 20% menos, como consecuencia de heladas y reducción de superficie.
El principal destino de los cítricos chilenos son los EEUU. Los envíos a este destino sufrieron una fuerte reducción. A la menor disponibilidad, se sumó la creciente competencia ejercida por otros proveedores australes. Otro mercado que no respondió a lo esperado, fue Asia, en especial China. También en este caso la fuerte competencia de otros proveedores australes, el largo trayecto y las características de los cítricos chilenos (que difieren del gusto del consumidor chino) complicaron el avance en esta región.
Las mandarinas fueron una de las frutas exitosas con las cuales Perú conquistó el mundo de la fruta. Sus exportaciones se dispararon. En una década se cuadruplicaron. El avance se logró gracias a la apertura de nuevos mercados y un cambio varietal. Se redujo la exportación de las Mineolas y Satsumas, volcándose a pleno a la exportación de las tardías (Nadorcott, Murcott, Tango, Or). Este año por primera vez se frenó el avance, ante los complejos escenarios mundiales a los que se sumaron algunas complicaciones internas y productivas. Se exportaron 220.000 tons, volumen muy similar al 2021. El 65% correspondió a mandarinas tardías, 15% satsumas, 10% clementinas, 5% mineolas. El 70% de los envíos se dirigieron a Norteamérica, mercado que creció fuertemente. En contraposición se redujeron los envíos a Europa y Rusia, recibiendo solo el 20% de los envíos.
Al complejo escenario mundial, se sumó en Uruguay la seca, falta de competitividad y elevadas exigencias fitosanitarias y arancelarias. Las exportaciones citrícolas bajaron a su nivel más bajo de los últimos años. El cítrico más afectado fue la naranja, de la cual solo se embarcaron 21.000 tons, debido a complicaciones que surgieron en los envíos a Europa. Este volumen fue la mitad de otros años. En caso de las mandarinas, al destinarse principalmente a los EEUU, la situación fue mejor. A este país incluso se envió un volumen superior a otros años, compensándose así la merma en los otros destinos. De limón se exportó muy poco ante la compleja situación en los mercados externos.
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