Esta hortaliza se cultiva desde hace más de cuatro mil años (año dos mil a. C.) y, antiguamente, la raíz de la remolacha no se utilizaba como alimento, sino para aliviar dolores comunes como el de cabeza o de muelas. Se trata de una raíz de origen africano que durante la historia fue mutando para, finalmente, convertirse en alimento de las sociedades de toda África y el Mediterráneo a través de sus hojas. Al correr del tiempo, se descubrió que la parte subterránea tiene diferentes variedades y sabores dulces que sirvieron para preparaciones, incluso, saladas. Actualmente, en Argentina, las regiones principales de cosecha son Buenos Aires, Santa Fe y Santiago del Estero y, particularmente, son de estas zonas las producciones que ingresan al Mercado Central. Los valles norpatagónicos tienen potencial para la producción y aprovechamiento de la remolacha forrajera o azucarera por sus características climáticas y la disponibilidad de agua para riego. El ingeniero Oscar Liverotti, jefe del Departamento de Información y Estadística, dependiente de la Gerencia de Control de Calidad y Transparencia del Mercado Central de Buenos Aires, admitió que la remolacha no es de los productos más sencillos de elegir adecuadamente ya que a simple vista no se puede notar si proviene de una semilla varietal o híbrida. “Lo que se debe tener en cuenta es la uniformidad en tamaño, que no estén deshidratadas o hayan sufrido golpes”, explicó. Y agregó: “en cuanto a la hoja, que es muy rica para consumir en tortillas, hay que cuidar que su apariencia no sea áspera y de un tamaño considerable”. La remolacha se caracteriza por su pulpa densa y suculenta, generalmente, de color violeta intenso. Sin embargo, hay diferentes variedades alargadas y blancuzcas, así como redondas; los tipos existentes son la hortícola, azucarera y forrajera. Y, al corte, deben presentar una coloración uniforme sin anillos más claros que disminuyan su calidad. Las hay moradas, que suelen ser las más comunes; también hay doradas, que suelen ser menos dulces, pero suaves. También las hay rayadas; azucareras parecidas al nabo; y las remolachas bebés, que se destacan por ser simplemente pequeñas y sofisticadas. Entre los beneficios más saludables, la remolacha ayuda a bajar la presión arterial, ya que es abundante en potasio y folatos, y cuenta con ciertos nitratos que tienen la propiedad de convertirse en óxido nítrico una vez que entran en el cuerpo. El óxido nítrico y el potasio ayudan a relajar y dilatar los vasos sanguíneos, lo que reduce la presión arterial y previene la hipertensión.
Promueve la desintoxicación del hígado. Las betaínas presentes en la remolacha estimulan las funciones del hígado, mientras que la pectina (fibra soluble en agua) ayuda a eliminar las toxinas del hígado. Previene la anemia, ya que las más rojas tienen una cantidad significativa de hierro, lo que ayuda a prevenir la anemia y aumenta la regeneración de los glóbulos rojos. Además, su aporte de vitamina C favorece la absorción de este hierro en el cuerpo. Mejora la salud del corazón. La betaína presente en la remolacha es un poderoso compuesto bioactivo que ayuda a reducir los niveles de homocisteína en el cuerpo.
Aumenta la resistencia y los niveles de energía. Beber jugo de remolacha mejora el rendimiento físico en las personas, especialmente en corredores, nadadores y ciclistas, al aumentar su consumo de oxígeno hasta en un 16%. Promueve la salud del cerebro. A medida que las personas envejecen, disminuye su flujo de sangre hacia el cerebro, causando una disminución de la capacidad cognitiva. Se sabe que la remolacha puede mejorar la neuroplasticidad cerebral gracias a su contenido de nitratos. Estos compuestos ayudan a aumentar la oxigenación de la corteza somato-motora, un área del cerebro que a menudo se ve afectada en las primeras etapas de la demencia. Actúa como afrodisiaco, debido a que, al igual que otras hortalizas, ha sido utilizada como estimulante o afrodisíaco natural durante milenios. Al parecer el boro, un mineral abundante en la remolacha puede aumentar nuestra producción de hormonas sexuales, elevar la libido, mejorar la movilidad de los espermatozoides y fomentar la fertilidad. Impulsa la desintoxicación de la sangre. La betaína presente en la remolacha promueve la limpieza natural del hígado, y esto a su vez ayuda a desintoxicar la sangre. Promueven la pérdida de peso. La fibra y algunos nutrientes (magnesio y potasio) de la remolacha pueden ayudarte a bajar de peso. No solo promueven la desintoxicación del organismo y combaten la retención de líquidos, sino que aceleran el metabolismo y la quema natural de grasas. Nota: debido a que la remolacha es alta en carbohidratos no se recomienda su consumo de manera excesiva.
Fortalece el sistema inmune. La remolacha es una excelente fuente de vitamina C, la cual estimula la actividad de los glóbulos blancos y fortalece nuestra inmunidad ante las infecciones virales, bacterianas, fúngicas y protozoarias. A esto se suman el aporte saludable de vitaminas B y sus poderosos antioxidantes. Por supuesto, en el Mercado Central de Buenos Aires podés encontrar las remolachas más deliciosas, dulces, coloridas y de amplia variedad para que puedas ofrecer en tu verdulería o comercio de barrio.
Mercado Central de Buenos Aires