Soja: ROSARIO
$250.000 -0.79%
Maíz: ROSARIO
$0 0%
Trigo: ROSARIO
$0 0%
Los avances en la tecnología aplicada en la actividad forestal vienen siendo revolucionarios, ya que empresas pasaron de sistemas de cosecha manual a sistemas de cosecha mecanizados, reduciendo la exposición de las personas a los riesgos e incrementando el rendimiento de la producción, cosechando grandes superficies de bosques implantados en corto tiempo.
Sin embargo, cuando se trata de la práctica de reforestar, la tecnología hasta la actualidad solo acompañó con tractores agrícolas modernos, los cuales fueron sometidos a un proceso de transformación, “forestizándolos” para realizar la preparación del suelo y alguna que otra aplicación de herbicidas.
En muchos casos, sigue siendo necesaria la implementación de actividades manuales dada la cantidad de residuos en los lotes pos-cosecha, con la consecuente exposición de los trabajadores a los riesgos que la reforestación trae asociada.
Pero este no sería el único de los problemas al que se enfrentan los productores forestales de la región, cada vez se vuelve más difícil contar con personal de oficio, que quiera ejecutar tareas en estas condiciones, vivir en el campo, con el desafío de poder reforestar y cumplir con las metas establecidas para esta actividad.
En este contexto, desde la empresa Forestal Argentina (hoy de Central Puerto), que realiza la actividad de reforestación en Entre Ríos y Corrientes, siguen buscando alternativas para la solución a este problema.
En un resumen técnico de la empresa al que accedió ArgentinaForestal.com, explican que surgió la oportunidad de realizar una prueba operativa con “VANT”, vehículos aéreos no tripulados o drones.
Este tipo de intervenciones tienen como mayor objetivo, minimizar el riesgo de accidentes por caídas a nivel de los trabajadores con mochilas de espalda, así como reducir la exposición frente al uso de productos fitosanitarios, etcétera.
Los VANT, comúnmente conocidos como drones, tienen la peculiaridad de no disponer de un piloto en el interior de la aeronave, por lo que ésta es dirigida por una persona o sistema electrónico externo, que decide en cada momento el siguiente paso a seguir. La habilidad, los sentidos y la pericia del piloto son sustituidas por sensores electrónicos de gran precisión.
Uno de los grandes aportes de los mismos es la automatización de la aplicación, tienen una amplia flexibilidad para la adición de implementos como sensores y cámaras, que permiten una obtención de información que facilita la supervisión del cuidado de los cultivos y, además, la correcta toma de decisión frente a cualquier situación de control de plagas; representando una alternativa eficiente la cual se emplea en la actualidad en varios países agricultores.
“En Forestal Argentina, la tecnología VANT viene aplicándose para detectar de forma rápida, incendios próximos a predios, volúmenes de madera cosechados dentro de los rodales, detección de plagas, impacto ambiental de las operaciones, entre otras”, señalaron técnicos de la firma. “Hasta la actualidad esta tecnología no se había utilizado para la aplicación de herbicidas”, indicaron.
Fue por este motivo que la empresa decide contratar el servicio de la empresa mendocina Agro Vants para la ejecución de aplicación de herbicida total, en rodales ya cosechados para dar inicio a una reforestación.
Esta actividad generalmente es desarrollada en forma manual con mochila de espalada o si las condiciones de terreno lo permiten, se realiza de forma mecanizada utilizando un tractor.
Ambas metodologías involucran riesgos relacionados a accidentes de las personas, sobre todo cuando la tarea se lleva a cabo de forma manual, presentándose accidentes como las caídas al mismo nivel con lesiones que van desde leves a graves.
Recientemente en mayo, hicimos la experiencia en los predios de la empresa Forestal Argentina, en Concordia y Paso de los Libres.. Participaron tres pilotos certificados con tres equipos VANT DJI, Agras T10, Agras T 20 y Agras T 30.
En todos los casos, la planificación y el barrido son automáticos. Los equipos poseen un sistema de radar esférico que percibe obstáculos, independientemente del polvo o interferencia de la luz. El controlador remoto permite operar a una distancia de hasta 5 km.
Una limitante durante el uso de esta tecnología es contar con suministro de energía eléctrica, para la carga de las baterías de los drones, ya que las mismas tienen una duración de carga de unos 15 minutos aproximadamente donde logran aplicar 1 hectárea. Cada batería demora en cargar otros 15 minutos. Una manera de solucionar este problema es con el uso de generadores en campo que deben tener una capacidad de 9,5 kva.
Se lograron aplicar 310 hectáreas de herbicida total, en un tiempo operativo de 5 días, incluyendo la medición de los rodales.
A continuación, se muestra una imagen antes y después captada de forma satelital de uno de los rodales, donde se ve el progreso del efecto del herbicida.
En el siguiente cuadro comparativo, podemos ver los rendimientos en cuanto a la ejecución de esta misma tarea de forma manual, en una cuadrilla de trabajo de 6 personas más un encargado, con un rendimiento es de 2 Ha/día/operario, con una necesidad de abastecimiento de agua en el sector de trabajo de 120 litros/Ha, necesitando para poder cumplir con la misma 25 días. Con la hipótesis de que siempre tendremos condiciones meteorológicas óptimas.
La opción de aplicación mecanizada requiere de un operario, con un requerimiento de agua en campo de 100 litros/Ha y son necesarios para la ejecución de la misma, 12 días.
Por último, la aplicación con dron, se realizó en 5 días y el consumo de agua es de 6 lts por hectárea. el producto se lleva preparado para el número de vuelos que se realizará. Cada operador de dron se maneja de forma independiente en un vehículo, existiendo riesgos mínimos en la ejecución de la actividad.
La actividad posee un alto rendimiento operativo con un número mínimo de personas en intervención y en un tiempo jamás pensado, para el desarrollo de la misma.
Se reduce la presencia de personas en condición inhóspita de terreno, con restos de residuos de cosecha y maleza, que hacen que el operario no siempre pueda ver por donde se desplaza y estando expuestos a potenciales accidentes.
En cuanto a la gestión ambiental de la actividad, la escasa deriva disminuye la contaminación con producto hacia otros sectores, la menor cantidad de agua necesaria para ejecutar la aplicación en comparación con otras metodologías de trabajo, no hace más que destacar la eficiencia de esta tecnología.
Respecto a la salud de las personas, el producto no entra en contacto con él piloto durante el proceso de aplicación, el caldo se prepara utilizando todas las medidas de seguridad recomendadas teniendo en cuenta que es un caldo muy concentrado de fitosanitarios, recargando al depósito del dron de forma precisa con dosificadores, que evitan además el derrame de producto.
Definitivamente estamos encarando el futuro, en la reforestación.
Argentina Forestal
