E
n forma más somera hemos consignado las enfermedades infecciosas, metabólicas (nutricionales) y de la re-producción, que pueden afectar la performance de las majadas del área.
La palabra "control" implica generalmente la supresión de cargas parasitarias en el huésped por debajo de un nivel en que puede haber pérdidas económicas.
Los objetivos del control pueden resumirse como sigue:
El uso estratégico de antihelmínticos tiene una base estacional y está concebido para disminuir las cargas parasitarias y por ende la contaminación de los pastos en épocas basadas en un conocimiento de los cambios estacionales en la infestación.
En la mayoría de las áreas ovejeras es necesario un tratamiento estratégico especial para contrarrestar la disminución de la resistencia a las lombrices en las ovejas paridas (aumento posparto). Es recomendable desparasitar un mes antes y un mes después del parto. Otra aplicación estratégica muy deseable consiste en una toma dos semanas antes del servicio como parte de un programa de "flushing" (optimizando la nutrición).
La desparasitación se complementa con buen manejo. Consiste en mover la majada de pasturas contaminadas a potreros pastoreados por vacunos adultos, potreros "descansados" y que no han sido pastoreados por lanares durante varios meses.
Como es sabido los lanares son siempre más susceptibles a los efectos perniciosos de los helmintos que los vacunos. La resistencia a las parasitosis no es muy sólida y por eso los tratamientos frecuentes serán necesarios, especialmente durante el primer año de vida.
Es necesario comprender que el "enfermo primario" es el campo. Las dosificaciones estratégicas y tácticas deben sincronizarse para controlar las cargas parásitas dentro de los animales y afuera cortar el círculo vicioso de la contaminación y reinfestación.
Sí o sí para el destete. Reduce la infestación de todas las especies en todas las categorías de lanares y, en consecuencia, habrá menor contaminación antes de las lluvias de otoño.
Disminuye la infestación con todas las especies antes del otoño. La contaminación del campo hacia fines del verano puede persistir e infestar lanares en la primavera siguiente (7 meses de vida libre).
Impide que las infestaciones-contaminaciones pasen el invierno. Es un primer ataque a las lombrices de la diarrea negra, las de "pelo" marrón y las nodulares.
Es el segundo ataque a los nematodes arriba nombrados. Coincide con la importante medicación pre-parto.
Posiblemente la toma más importante del año. Previene el aumento de primavera de la lombriz grande del cuajo (Haemonchus contortus); elimina la nodular (Oesophagostomum columbianum) y corta la progresión primaveral de la lombriz de la diarrea negra (Trichostrongylus spp.).
Es un segundo ataque al aumento de primavera de la lombriz grande del cuajar (H. contortus) "reforzando" la dosis de agosto. Si hay "locura falsa" (Oestrus ovis), aplicar "Ranide" repitiendo en verano.
Las dosificaciones estratégicas arriba indicadas se consideran esenciales para lograr un control adecuado de los parásitos internos. Es notorio que nuestra área ovejera es el "paraíso" de los vermes por su clima cálido y húmedo durante gran parte del año. Las lluvias son del orden de 1.200 a 1.400 mm por año. El grueso suele caer en primavera y otoño, pero son frecuentes los veranos lluviosos.
Dosificando dos a tres semanas después de lluvias prolongadas, es una precaución muy acertada. Es importante tener presente que la desnutrición disminuye la resistencia a las verminosis, specialmente en los lanares jóvenes (destetes, recrías). En el verano son particularmente riesgosas infestaciones masivas y brutalmente anemizantes de la lombriz grande del cuajo (Haemonchus contortus).
Estos últimos años ha entrado al mercado una serle de nuevos lombricidas. Entre ellos hay tres drogas estrechamente emparentadas, derivadas del compuesto tiabendazol. Estas drogas pertenecen todas a una familia conocida como los benzimidazoles (los "lechosos"). Los nuevos derivados son bienvenidos, porque amplían el espectro y la eficacia de las tomas que controlan los helmintos en lanares y vacunos. Los más recientes compuestos sistémicos de amplio espectro son closantel y la ivermectina; tienen acción contra los parásitos internos y externos.
Salvo casos de resistencia comprobada, las drogas modernas de amplio espectro no difieren mucho en eficacia antihelmíntica. El productor avisado puede elegir los compuestos más apropiados para su manejo y programa de desparasitación, combinando eficacia con economía.
Los nuevos benzimidazoles eliminan vermes más eficientemente porque quedan más tiempo en el organismo.
Los benzimidazoles interrumpen una de las reacciones bioquímicas esenciales, de la cual los helmintos obtienen su energía. Si bien los nematodes pueden recurrir temporariamente a reacciones alternativas de energía, éstas son poco eficientes. Las lombrices también pueden reaccionar al déficit de energía reduciendo el desove, o entrando en un estado de letargo. La falta de energía las debilita y finalmente son expulsados del tracto digestivo y mueren.
Parece que la mayor permanencia de la droga dentro del organismo animal puede retrasar el desarrollo de vermes resistentes. Ello obviaría la necesidad acuciante de buscar nuevas fórmulas, pues los compuestos existentes tendrían más vida útil.
Amanecer Rural