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Por Agroempresario.com
En una entrevista exclusiva con Agroempresario, Diego Ferrero, el visionario detrás de Niña Federica, comparte la fascinante historia de su empresa, que se ha convertido en mucho más que una simple marca de especias gourmet. Desde su inicio hasta su reciente evolución, este negocio argentino ha experimentado un viaje notable que lo ha llevado a nuevos horizontes.
Niña Federica surgió en 2015 con un propósito claro: elaborar mezclas de especias gourmet que se destacaran en el mercado. La ambición por diferenciarse mediante colores y mensajes distintivos marcó el camino de la empresa durante los primeros años.
El objetivo era distinguirse en el mercado utilizando packaging de colores vivos que a su vez sería lo característico de la marca. Su fundador así nos comentaba: “Surge un pack para cuatro especias, todo lo que tenía que tener ese producto era color, debía transmitir una imagen agradable, de empatía, algo que atrajera al público”. El uso del color en el packaging sumado a la mezcla de especias que proponía el producto se convertiría en la dupla perfecta para explorar un nicho de mercado aún sin desarrollar y en consecuencia expandir la llegada a nuevos consumidores. Sin embargo, el año 2019 marcaría un punto de inflexión en la historia de la marca.
Con la llegada de la pandemia en el 2020, los dueños de Niña Federica tuvieron que reconsiderar la estrategia del negocio. Abandonaron por completo la entrega de los productos a los 70 locales físicos donde proveían y comercializaban las especias, para centrarse exclusivamente en el mercado online, vendiendo y promoviendo los productos a través de internet, gestionando de esta manera el 100% de su negocio. Para poder sacar provecho de la situación, diversificaron su oferta, incluyeron mermeladas y otros productos, tal como aseguraba Diego: “ Hay mucho análisis por detrás de cada producto para que se sienta diferente a otro. Es en ese punto donde tiene un papel fundamental la calidad artesanal que nosotros queríamos desarrollar. Cada frasco está envasado manualmente, está etiquetado manualmente y tenemos una cantidad definida para abastecer una producción limitada durante el mes”.
Niña Federica se convirtió de esta manera en una empresa que vende experiencias únicas a su público, reinventándose de modo constante. Así lo compartió Diego: “nuestro mercado fue mutando, cambiamos hacia otro tipo de nichos que fuimos encontrando, siendo uno de ellos el mundillo de los regalos. Como así también relatando las historias detrás de cada una de las especias, surgió el libro llamado “El Fantástico Mundo de las Especias” en el 2020, plena pandemia.
Niña Federica explotó. Los productos llegaban a distintos lugares y por ende a distintos tipos de público, entre ellos a los más chiquitos. Justamente estas historias narraban las historias sobre cocinar en casa, para y junto a los más chiquitos”.
El nombre "Niña Federica" es un homenaje a la hija de su fundador. La inspiración surgió cuando, siendo una niña, Federica se cuestionaba por qué la llamaban "Niña".
El nombre se convirtió en el emblema distintivo de la marca, simbolizando la diferenciación y la empatía que necesitaba el emprendimiento en el mercado gastronómico.
Niña Federica se enorgullece de su enfoque artesanal, lo que les permite mantener un control total sobre la calidad de sus productos. Su propietario señaló que “al comprar un kilo de orégano, ese mismo kilo se va a mezclar y distribuir en diferentes proporciones para su comercialización, por lo que el nivel de desperdicios en especias es cero”. Con un énfasis en el valor agregado y la minimización de desperdicios, su proceso de producción se adapta a las necesidades del mercado.
Gracias a las redes sociales y el poder del boca en boca, Niña Federica ha construido una comunidad sólida en constante crecimiento. “Empezamos a incorporar la regalería gracias a la gran demanda que nos llegaba donde incluímos las cajas especiales de regalos, y envases de cerámica con el grabado de la marca. También sumamos una línea de spa y empezamos a incursionar en los aromas de las hierbas, que a su vez nos llevó al mundo de las infusiones”, nos compartía Diego orgulloso de estos nuevos rumbos.
Las ideas y la creatividad siempre han sido un componente fundamental del éxito de Niña Federica. Su esposa Gabriela, especialista en redes sociales junto a Federica, su hija, son figuras esenciales en la promoción y la narración de las historias.
La empresa ha demostrado que la innovación y la adaptabilidad son fundamentales para el éxito empresarial. Con su enfoque en la comunidad y la calidad artesanal, Niña Federica ha abierto nuevas puertas y continúa evolucionando en el mercado de manera única.
A medida que Niña Federica se expandía, surgían preguntas sobre su crecimiento y la colaboración con el público. Diego Ferrero subrayó:: "Nosotros estamos en una búsqueda permanente de colaboradores. La idea es encontrar a quien quiera asociarse e invertir en un proyecto que tenga algo diferente. Nosotros vamos ideando y transformando los productos en algo nuevo, como por ejemplo las Cartas Lúdicas de Especies. El objetivo de este producto es llevar a la gente a explorar sus recuerdos a través de los aromas. Esta nueva línea se comercializa actualmente y nos contratan directamente para presentarlo en un espacio donde la gente pueda experimentarlo”.
Esta fidelidad y compromiso entre el cliente y Niña Federica ha superado la barrera de la góndola. Diego nos aseguró que con las Cartas Lúdicas de Especias “los clientes se van contentos, transformados porque se trata de una experiencia única que los lleva a los recuerdos más recónditos e incluso olvidados de la infancia, acompañados de los ricos aromas de la cocina”.
Una de las claves del éxito de Niña Federica radica en la pasión y la creación de un valor agregado significativo. Diego nos compartió: "El valor agregado no se lo doy yo, sino que lo percibe la gente. En Niña Federica lo logramos contando historias, totalmente diferentes, algo que a la gente le llegue, la motive, la sacuda del lugar donde está. Y nosotros contamos eso. Lo que decimos es, Marta, salí a cocinar otra cosa, salí a recuperar lo que vos tenías cuando eras chica. Y ese es el valor agregado que la gente percibe en el producto. Todo es fruto de la pasión y lo que hoy en día puedo describir como éxito. "
El ambiente emprendedor en Argentina es un desafío, pero Diego ofreció palabras de aliento a los emprendedores que están comenzando su viaje: "Todo lo que construimos tiene que ver con la pasión. Necesitas gente que esté a tu lado, que pueda también sumarse a los proyectos e ideas para poder transformar esa pasión y contagiar a otros, de esta manera se logra hacer algo distinto en otro lugar”.
Él enfatizó la importancia de la perseverancia y la diferenciación: "Haber transformado una simple mezcla de orégano con perejil en algo maravilloso, fantástico, es decir, en algo que te lleva a tus más profundos recuerdos de cuando eras chico y que se haga una introspección y pensar: ¡Wow! este tipo me llevó a la cocina de mi mamá; eso es jugársela y apostar a un proyecto. Conclusión, lo que tienen que buscar es la forma de hacer las cosas de manera apasionada, cualquier cosa que hagan y para adelante”.
La historia de Niña Federica es un testimonio de cómo la pasión, la creatividad y la perseverancia pueden transformar un producto aparentemente común, como el orégano, la pimienta y el ajo, en una experiencia excepcional y emocionante.
