Por Agroempresario.com
En una entrevista con Agroempresario, Daniel Vega, presidente de Bodega y Fincas de Aminga, dialogó sobre los inicios de la empresa, su compromiso con la sostenibilidad y su visión a futuro
Así se refería Daniel Vega a los orígenes de la empresa: "Esta bodega se construyó en 1948. Durante 30 años estuvo sin funcionar y en el 2012 el gobierno provincial la reactivó, la renovó totalmente, la puso a funcionar y estamos trabajando desde ese año."
Por otro lado, el presidente de Bodega y Fincas de Aminga describió la misión de la empresa: "Nuestra misión es hacer el auténtico vino riojano. Para eso, contamos con una finca de 60 hectáreas que fue plantada también en el 2012, sólo para abastecer a la bodega, y producimos el vino con la uva que traemos de la finca, ubicada a 10 kilómetros de la bodega". Esta misión de producir vino auténtico, respaldado por una finca dedicada a abastecer a la bodega, ejemplifica la pasión y el compromiso por mantener viva la rica tradición vinícola de La Rioja.
En cuanto a la variedad de vinos que producen, Vega explicó: "Tenemos Malbec, Cabernet, Bonarda y Torrontes Riojano, y también producimos un poco de Syrah, que es uno de los vinos que sale este año."
La visión de la bodega trasciende las fronteras locales y apunta a un objetivo ambicioso y claro: "Nuestro principal desafío es llegar a cada rincón del país... para que todos conozcan el vino riojano". Este anhelo representa el espíritu emprendedor de Bodega y Fincas de Aminga, que busca llevar sus excepcionales vinos a todos los rincones de Argentina.
Daniel Vega detalló la experiencia única que brindan a los visitantes: "Nosotros en el 2014 decidimos que la empresa iba a ser una bodega abierta a la comunidad... estamos abiertos de lunes a domingo, y recibimos turistas y público en general que está interesado en la actividad que hacemos". Así es como la empresa no sólo produce vinos, sino que también busca transmitir al visitante su pasión por el vino.
Este enfoque en el enoturismo representa una oportunidad para que los amantes del vino y los curiosos conozcan de cerca el proceso de producción y degusten los frutos de esta pasión vinícola.
Daniel Vega compartió la política de la empresa respecto a su enfoque sobre la sostenibilidad: "Desde hace unos años, desarrollamos un nuevo proyecto de tratamiento del viñedo que está basado en reducir considerablemente el uso de agroquímicos y hacer un sistema de fertilización natural con las mismas uvas y otros productos naturales".
Esta iniciativa resalta el firme compromiso de la bodega con la preservación del medio ambiente y la producción de vinos de alta calidad de manera responsable. La reducción del uso de agroquímicos y la adopción de prácticas de fertilización natural no sólo son beneficiosas para la salud de la tierra y la viña, sino que también se traducen en vinos de calidad.
"Estamos muy orgullosos por lo que le pasa a la gente con nuestros vinos, nunca hemos tenido una devolución negativa sobre los productos que hacemos, al contrario, siempre que estamos en una exposición nueva o que vienen personas a la bodega, se sorprenden por las características, y eso nos da la pauta que estamos trabajando cada vez mejor", señaló el presidente, destacando cómo su enfoque en la sostenibilidad y la calidad se traduce en la satisfacción de los consumidores y en la excelencia de sus productos.
Un aspecto distintivo de Bodega y Fincas de Aminga que merece una mención especial es la fusión del arte con el mundo del vino. Como parte de su compromiso con la cultura local y la creatividad, Daniel Vega comentaba: "Las etiquetas de Febrero-Riojano llevan la obra de arte de un artista riojano, que en este caso es Pedro Molina".
Esta iniciativa de destacar el arte en cada botella, enriquece la experiencia visual del consumidor, y a su vez rinde homenaje a la herencia cultural de la provincia.
Cada etiqueta representa a los artistas de la región y celebra la singularidad de La Rioja, tanto en la viticultura como en el ámbito cultural.
"Estamos haciendo un trabajo muy minucioso y cuidado. El vino es un producto vivo que nace en el viñedo, se convierte en vino después y tiene un tiempo de durabilidad", explicó Daniel Vega, subrayando cómo la fusión del arte y el vino es una labor minuciosa y dedicada que se refleja en cada botella, permitiendo a los consumidores no sólo saborear, sino también apreciar visualmente la pasión que se vierte en cada producto.
Mirando hacia adelante, Daniel Vega compartió la visión apasionada de la bodega: "Nuestro máximo deseo es llegar a todos los puntos del país, comenzar con la etapa de exportación, elaborar nuevos productos y seguir creciendo". Este horizonte expansivo revela la determinación de Bodega y Fincas de Aminga de llevar su producción y legado vinícola a lo largo y ancho de Argentina, al mismo tiempo que se proyecta en el mercado internacional.
Con una historia que abarca más de 75 años, la bodega ha superado desafíos y se ha transformado en un pilar de la viticultura argentina.
Su dedicación por la calidad, la sostenibilidad y la fusión de la cultura y el arte en su producto, la ha convertido en un referente de la industria.
Su visión de futuro representa un sueño audaz y también un compromiso constante con la excelencia y la innovación en el mundo del vino.