Por Agroempresario.com
Las vacas lecheras desempeñan un papel crucial en la industria láctea global, aportando una variedad de razas que se adaptan a diferentes climas y condiciones. En Argentina, país conocido por su destacada producción de leche, varias razas contribuyen significativamente al sector.
Holstein: con su distintivo pelaje blanco y negro, la Holstein es la raza lechera más común a nivel mundial. Reconocida por su alta producción de leche, se encuentra presente en numerosas explotaciones lecheras argentinas, siendo apreciada por su eficiencia productiva.
Jersey: originaria de la isla de Jersey en el Canal de la Mancha, la vaca Jersey es más pequeña en comparación con la Holstein pero destaca por su leche rica en grasa. En Argentina, su presencia es notable, y los productores valoran su adaptabilidad a diferentes condiciones climáticas.
Pardo Suizo: esta raza suiza es conocida por su resistencia y adaptabilidad. Su pelaje oscuro y su capacidad para prosperar en ambientes diversos la convierten en una opción atractiva para las explotaciones lecheras argentinas que buscan robustez y calidad lechera.
Ayrshire: originaria de Escocia, la Ayrshire es reconocida por su equilibrio entre producción y calidad de leche. En Argentina, aunque menos común que otras razas, ha ganado reconocimiento por su adaptabilidad y resistencia.
La elección de la raza de vaca lechera en Argentina depende de diversos factores, como el clima, la geografía y los objetivos de producción de cada granja. La combinación de razas, junto con prácticas de manejo eficientes, ha permitido a Argentina destacarse como uno de los principales productores de leche a nivel mundial, aprovechando la diversidad de sus razas lecheras.