Por Agroempresario.com
En el corazón de la provincia de Córdoba se encuentran tres joyas escondidas: Bengolea, Carnerillo y Charras, localidades que deslumbran por su encanto, cultura arraigada y una belleza natural que cautiva a quienes las visitan.
Bengolea, con sus calles empedradas y su arquitectura colonial, es un testimonio viviente de la historia cordobesa. Ubicada estratégicamente entre sierras y valles, esta localidad se erige como un refugio para los amantes del turismo rural. Sus paisajes imponentes invitan a explorar sus senderos y disfrutar de la biodiversidad que alberga.
Carnerillo, caracterizado por la hospitalidad de sus habitantes, ofrece una experiencia auténtica. Su plaza principal, rodeada por construcciones emblemáticas, es el corazón de esta comunidad. Además, sus festivales folclóricos y gastronomía regional son una ventana a la tradición y la identidad de la región.
Charras, rodeada de una naturaleza exuberante, invita a los visitantes a sumergirse en sus paisajes naturales. Con opciones para los amantes del ecoturismo, como caminatas y excursiones, esta localidad se presenta como un destino ideal para aquellos que buscan conectar con la naturaleza y disfrutar de actividades al aire libre.
El potencial turístico de estas localidades cordobesas es incuestionable. Sin embargo, es crucial preservar su identidad cultural y natural, fomentando un turismo responsable que valore y respete su riqueza. Juárez Celman se posiciona así como un tesoro por descubrir, un lugar donde la historia se entrelaza con la naturaleza para ofrecer experiencias únicas a quienes se aventuran a explorar estas tierras.